Hemos acudido en dos ocasiones, una para tomar algo a media mañana, concretamente unas pancakes de fruta, buenísimas, y un par de cafés de Lombok (el café local, que está muy rico pero tiene una forma curiosa de hacerse...) te puedes sentar en una mesa...o en camas frente al mar... no pidas grandes lujos, pero por este precio la comida está muy buena, así que también hemos venido a cenar... por cierto leo muchas opiniones en general de los warungs o restaurantes diciendo que son lentos o sucios... a ver, no tienen el estrés occidental en el cuerpo, adaptaos, estais de vacaciones no hay prisa... relax, dejad la wifi, hablad con vuestra pareja o amigos... disfrutad de este lugar único. Y sobre la limpieza es su cultura, hay que venir sin manías, lo importante es la comida y que en general son muy amablesMás