Las raciones son escasas, aunque están bastante buenas, la morcilla buenísimas, calamares normalitos pulpo plancha muy bueno, los postres normales. Pero todo ello muy caro, incluso la bebida. No sales defraudado por los sabores pero sí por las cantidades, de hecho si vas con la idea de comer en abundancia, prepara la cartera.
El sitio es bonito y está cerca de la catedral.
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