Iba un poco asustada por las opiniones que había leído sobre este hotel, pero ha cumplido lo que yo quería en un hotel de París: Limpio y bien situado. Como la mayoría de los hoteles parisinos de precio asequible, es viejo, necesita una reforma urgente y sobre todo, las habitaciones son muy pequeñas (sólo pude abrir la maleta encima de la cama, no cabía abierta en otro sitio). El baño tenía mampara pero rota y las paredes de papel, pero han cambiado las toallas y limpiado las 4 noches que hemos estado allí. No apto para los que tengan el sueño ligero porque se oye todo lo de las habitaciones de al lado y los ruidos de la calle, aunque como París es para patear mucho se suele llegar ko a la habitación y no te alteras por nada. Lo mejor, a dos pasos la estación de metro Saint Georges, (línea 12), cerca de Pigalle y Sacre Coeur, y a 15 min andando de Opera. Hay un Carrefour muy cerca para comprar "provisiones" y en la esquina un café con Wifi gratis. Para estancias cortas, pasar más de 3 noches allí puede resultar un poco agobiante, aunque por otra parte, permite conocer mejor París para estar menos tiempo en el hotel! ;)