Un Hotel nuevo o renovado recientemente, decorado con un excelente gusto en tonos pasteles. Nuestra habitación de matrimonio, sumamente cómoda con heladera, caja de seguridad y conexión de internet. El baño amplio, con secador. La limpieza excelente, el cambio de toallas a diario. El desayuno tipo buffete muy surtido con una presentación cuidada y servido en un comedor ambientado a tono con el resto del Hotel, pero particularmente cuidado en los colores de paredes, sillas, manteleria, etc. El personal no hablaba español, pero en todo momento se mostraban muy atentos y tratando siempre de entender nuestros requerimientos y hacerse entender. La persona que organizaba el desayuno excelente. El personal de recepción también con buena onda para poder entendernos. En el octavo piso funciona una especie de mini bar donde pudimos tomar alguna copa , degustar alguna ensalada o tomar un cafe con una inigualable vista de la Acropolis iluminada, con un joven que sin hablar nada de español, fue sumamente atento y nos sirvió y trató super bien.