Mi estancia en el hotel se puede resumir con una palabra: maravillosa. Y es que nunca había estado en un hotel tan encantador y a la vez con tanto cuidado por los detalles. Lo primero, decir que antiguamente el hotel perteneció a Beatrix Potter, conocida escritora e ilustradora de cuentos infantiles, y este detalle se deja ver en toda la atmósfera que envuelve el hotel. Las habitaciones son enormes, muy bien decoradas y equipadas, y con colchones comodísimos. El resto del hotel también precioso, tanto en su interior, como sobretodo en su entorno exterior. Y es que el hotel cuenta con una enorme zona ajardinada, con terrazas, varios pequeños lagos e incluso una gran pajarera; todo esto en mitad del campo, en absoluta tranquilidad.
El persona del hotel fue muy amable en todo momento, y además contaba con varios miembros españoles. En cuanto a la comida, excelente combinación entre tradición y modernidad en los platos del menú, toda una experiencia gastronómica.
Sólo estuve una noche en el hotel, pero sin lugar a dudas lo recomendaría encarecidamente a todo aquel que quiera desconectar en mitad del campo y alojarse en un hotel con un ambiente que parece sacado de los relatos de la misma Miss Potter. Irrepetible.