Visitamos la isla de Birka con la intención de conocer como vivían los vikingos. El viaje hasta la isla es algo aburrido aunque tiene algunas vistas bonitas. Al llegar a la isla el museo deja mucho que desear y los restos vikingos te los tienes casi que imaginar. A destacar, el ambiente vikingo que presenta el restaurante.

Es una isla muy linda. El recorrido en barco es algo aburrido aunque tiene vistas increibles. Cuando fui, hay actores recreando la vida vikinga en la aldea. Es genial ir con o sin guía con la explicación en inglés. Comida buena.

Fuimos con la Stockholm Pass. Para empezar todo estaba desorganizado. Esperas una enorme cola (que se confunde con la de los tickets) y después tienes que esperar a que te escaneen la tarjeta de entre un tumulto de gente (sin cola, el brazo más largo gana). Después metieron mucha más gente de la que cabía. Nosotros acabamos sentados en unas escaleras, ¡y tuvimos suerte! Una gran mayoría iba de pie. La vuelta fue perfecta, pero la ida sentía que me habían timado. No sé si era porque era festivo, pero es una atracción turística y esto lo deberían haber previsto.