Bonita experiencia. Lindas playas y mucho calor y sol. Bellos paisajes para sacar fotos y disfrutar del agua tibia. Muchos nrestaurantes a la orilla de la playa para comer y tomar ricas caipiriñas.

Muy bien mantenido. Buena diversidad de especies. Entretenido. Buena alternativa en días lluviosos o nublado. Muy cerca de otros atractivos turísticos.

Excelente! Muy bien organizado pese a la cantidad de gente todo fluía. El lugar es impresionante. El precio puede ser un tema para familias numerosas, pero si se puede pagar lo vale. Adema tienen varios descuentos.

Demasiado sobrevalorada la Isla... lugar precario y sin estructura, su gente es bastante antipática y maleducada, parece que uno le esta haciendo un favor al darles un buen dia. Si no fuese por los extranjeros (sobretodo argentinos) que ofrecen servicios turisticos (restaurante,hotelero) el lugar deja muchisimo que desear. Las playas quedan lejos y no son tan bonitas, lejos el Nordeste de Brasil es mas lindo y mejor estructurado, sin hablar de la gentileza de su pueblo. Casi todo el tiempo llueve en las isla, lo que dificulta su circulación, se llena de lama y la luz se corta seguido. Recomiendo para dos o tres dias, luego de eso se vuelve aburrido y sin disfrute alguno

Si quiere sentir el Amazonas en su plenitud y a la vez estar cerca de la civilización, le recomendamos este paseo. Mi esposa Sonya y yo viajamos con Receptivo Aborigen Tours. Salimos del muelle del viejo Hotel Tropicana. Todo el viaje dura unas 8 horas. Al inicio del recorrido hicimos una panorámica de la ciudad, donde destacó el puerto flotante de Manaus y el mercado municipal que queda en un bello edificio estilo Art Nouveau del siglo XIX. Luego estuvimos un rato largo navegando y contemplando el encuentro de las aguas de los dos ríos. Las oscuras aguas del río Negro y las marrones y arenosas del río Solimoes. A los venezolanos nos recuerda la unión de las aguas marrones y barrosas del río Orinoco con las oscuras del río Caroní. Luego fuimos al Parque January. No pudimos pasear en canoa por el bajo nivel. Pero vimos las gigantescas hojas de la planta Vitoria Regia. Tuvimos un nutrido y delicioso almuerzo y compramos unas artesanías de unos indígenas que están en unas especies de islas.

Hicimos una excursión en Angra Do Reis donde abordamos un barco para navegar hasta Isla Grande. El recorrido fue muy agradable porque pasamos por distintas Islas que conforman la Bahia de Angra. Entre ellas, Lagoa Azul una de las más hermosas donde se puede hacer snorkel y divisar peces de distintos colores. El color del agua es turquesa y prístina. El lugar es precioso y encantador. El paisaje se conforma de cientos de islas que algunas no están habitadas y en otras se pueden ver propiedades suntuosas de muchas personalidades de Brasil. Nosotros navegamos desde muy temprano y pasamos un día hermoso conocieno el lugar. Si están en Río de Janeiro tienen que visitar estos lugares porque únicos y maravillosos.