Pasear por este barrio es como adentrarse en otro
país, aunque resulta difícil saber en cuál. Una parte
de la calle de Lavapiés está flanqueada por
restaurantes indios y la otra, por establecimientos de
kebabs. Los comerciantes ataviados con ropa
tradicional africana se reúnen en el exterior de sus
tiendas para conversar largo y tendido, y la gente
habla a voces en plazas y calles. Mezclados entre
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tantas tiendas de especialidades étnicas se hallan
teatros independientes y estudios de danza, así como
dos grandes centros culturales de arte, la preciosa
Casa Encendida y la Tabacalera, una antigua fábrica de
tabaco. Todo ello constituye un foco de atracción para
multitud de jóvenes. A lo largo de la calle de
Argumosa, una buena zona para salir a tomar algo,
artistas y amantes del arte, con piercings y rastas,
se reúnen en una ecléctica variedad de bares modernos
y juveniles. Aunque por la noche las calles
secundarias pueden volverse un poco sórdidas, Lavapiés
sigue siendo el sitio de visita obligada para quienes
buscan una mezcla única de arte y cultura en un barrio
cosmopolita y de moda.
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