Uno de los monasterios (en ruinas) mejor conservados que he visto en Irlanda. Aún queda bastante del edificio, lo suficiente como apreciarlo e imaginarse lo que ya no está. A la entrada te dan un folleto informativo que está muy bien diseñado, ya que en él se puede identificar perfectamente cada área del edificio, lo que hace la visita mucho más significativa e interesante. Unos 45 minutos son suficientes para recorrelo. Destacaría algunas cosas para mejorar, ya que hay un área interactiva cuya idea suena muy bien pero en la práctica está mal implementada. Hay un video que es básicamente una serie de diapositivas con información para leer, el tiempo de lectura no es suficiente en la mitad de las diapositivas. Tanto yo como otras personas que estaban conmigo (irlandesas) no tuvieron tiempo de leer la información. Al lado de la pantalla hay unos botones que debes apretar para obtener información de lugares puntuales, esos botones no funcionan. Entiendo que son detalles, pero creo que son los detalles los que llevan a la excelencia. El lugar es muy bueno, y volvería.

Quede claro que son ruinas, pero lo cierto es que el paraje es muy agradable. Conserva buena parte del patio. Entrada de pago, aunque incluida con la Heritage Card. Parking en la puerta. Tiene unas cuantas mesas de picnic para hacer un descanso.