Te atiende directamente el dueño, un experto en heráldica y en cuchillería y armas blancas de todo tipo. Una interesante charla, armas de todos lados y de todo tipo, en una sola habitación, pero de medieval, poco. Igual vale la pena.

El lugar es mas chico de lo que parecía desde afuera, sin embargo, nos sorprendimos porque cuando ingresamos, nos recibió el propietario quien nos fue mostrando y explicando todos los trabajos realizados por él. Realmente muy interesante la explicación y la pasión que tiene por la tarea que realiza. Luego nos preguntó nuestros apellidos y buscó el origen de los mismos en sus libros. Eso terminó de formar mi opinión acerca de este museo medieval. Realmente considero que vale la pena porque se está frente a una persona muy idónea en el tema. No dejan tomar fotos, solo algunas pocas de una armadura y algunas armas.Como en todos lados, al terminar la visita, tienen un espacio para la venta del merchandising.