Era la primera vez que hacía buceo, no tengo la excelente forma física que pueda tener alguien de veintitantos, mi cabeza me lo hizo pasar un poco mal en las primeras pruebas de acercamiento a la inmersión en la piscina y aún así, gracias a la paciencia, atención y buen hacer de David, nuestro instructor, conseguí disfrutar por primera vez en mi vida del buceo en aguas llenas de vida marina (tuvimos la suerte de ver una enorme tortuga verde en la 1ª inmersión y una raya en la 2ª, además de múltiples especies de peces, el coral...). Mi amiga, que había tenido una primera experiencia previa hacía ya años, sintió también la seguridad y tranquilidad que te transmite un excelente profesional no sólo del buceo sino también de la enseñanza como es David y a ello, además, se sumaba la “garantía “ añadida y buen hacer de Esther, fotógrafa en ese momento y también profesional de esto.
Una gran experiencia (en PADI) aderezada de gran profesionalidad, respeto por el entorno natural y muy buen ambiente (muy “buen rollo” el que transmiten), en la que no hay “trampa ni cartón”. Buscaré, de nuevo, a mi (nuestro) PROFESOR de buceo por los mares del mundo cuando quiera disfrutar de esa vida “oculta” (si no la hacemos desaparecer).