Comencé a practicar yoga regularmente en el estudio hace más de un año y lo sigo eligiendo cada día.
Es un espacio seguro y dónde confío al experimentar mi práctica porque sé que me están conteniendo si lo que hago es contraproducente para mi cuerpo. Aprendemos a escuchar nuestro cuerpo con consciencia, a identificar cuando nos exigimos más de lo que podemos, a aceptar nuestra limitación física y poder adaptar las posturas para avanzar sanamente. Aprendemos a lograr posturas desde su origen y con detalle, fortaleciendo los músculos necesarios para llegar al resultado. Aprendemos también las conexiones entre las partes del cuerpo, investigamos el origen de los dolores físicos.
Las clases están atravesadas por la espiritualidad, sin invadir, respetando las creencias personales. Siempre me llevo algo bueno para trabajar en mi vida personal, emocional y espiritual.
Es un lugar que recomiendo para quién desee tanto una experiencia casual como un proceso de transformación.
Gracias por la dedicación constante y amorosa!
Namasté 🙏