Todo hermoso, desde la parada en la gasolinera donde hay una tienda de muy finos objetos de cuero, textiles y platería, luego la visita al exquisito taller de los Draghi en San Antonio de Areco, artistas del cuero y la platería, la estancia una belleza, quizás me hubiera gustado un paseo más largo a caballo, y pese a que pagamos la excursión en grupo pequeño, para la montada a caballo nos juntaron con gente de otros grupos. La comida muy buena aunque sería buenísimo si pudieran aumentar la cantidad de ensalada. Los bailes simples y alegres, muy simpáticos y lo mejor de todo la “doma india” del caballo. Excelente demostración. Muy recomendada.