Me encantó este museo. Los niños pudieron conocer muchos juguetes con los que jugábamos los adultos hace varios años . También pudieron jugar con un balero hecho con una lata, al igual que hablar a través de un hilo, girar un trompo realizado con Cd, arrastrar autitos de madera, o subirse a un caballito también de madera. En el parque hay rastis, metegol, una caja con sogas para saltar, y lo más divertido fue enseñarles a saltar el elástico, juego que no conocían. También hay interesantes talleres. Realmente pasamos una hermosa tarde. El lugar es muy lindo, muy bien cuidado y con una excelente atención. Solo se paga un bono contribución de 10 pesos, o lo que quieras y puedas a voluntad. Sin duda volveré