Nos hospedamos en la misma isla donde se encuentra el museo y fuimos el día que llegamos, y aunque estaba cerrado, pudimos aprovechar para tomar unos mates frente al río en el hermoso espacio verde que tiene.
Al siguiente día regresamos y pudimos disfrutar del Museo en sí, recorriendo la extensa línea de tiempo que la rodea e ingresando a la Casa. Nos sorprendió de manera positiva el lugar otorgado a Aurelia Vélez, poniendo en valor su lugar en la historia y en la vida de Sarmiento. Así mismo, en el predio nos encontramos con algunos carteles que ponían en contexto las plantas que fueron traídas por Sarmiento.
Finalmente, ingresamos también a otro espacio donde había una muestra de arte y algunos instrumentos pertenecientes a la Orquesta Escuela del Delta, una propuesta más que interesante.
Recomendado lugar para pasar a disfrutar una hora o dos.