Nosotros hicimos dos bodegas con la genia de Lina, que desde el momento que nos vino a buscar con las bicis al hotel, nos hizo pasar unos momentos de mucho aprendizaje sobre la zona y un chiquitín de ejercicio con las bicis (todos lo podemos hacer, más allá de la edad)
En una de las bodegas visitadas hicimos degustación y visita, y en la otra almorzamos. Ambas experiencias fueron inolvidables.
Altamente recomendable