El viaje en barco dura bastante (unas 3 horas aproximadamente), pero merece mucho la pena: el pueblito de Parga es turístico, pero tiene muchísimo encanto y regala unas imágenes de postal...nos hubiéramos quedado una horita más.
Bonita también la parada en la laguna azul, dónde con una hora hay tiempo de sobra para refrescarse, ver pececitos y secarse en el barco.
Emocionante el momento en que un grupo de delfines decidió acompañarnos en el viaje de vuelta.
Durante el viaje la guía multilingüe, Maria, entretiene a los pasajeros con mucha información interesante y una simpatía y amabilidad inagotables, mientras que Pantelis, nuestro fantástico DJ, pincha música, haciendo que el viaje se haga mucho más llevadero, incluso a los que no aman el barco y las aglomeraciones turísticas.
Globalmente, excursión barata y muy aconsejable si sois amantes de los panoramas bonitos y si por un día no queréis pensar en conducir.
Pequeños puntos a mejorar:
. La amabilidad de algunos miembros del personal de tierra y en el mismo barco, un poco secos y a ratos casi maleducados. Entendemos que estén acostumbrados a aguantar todo tipo de gente, pero no hay que perder de vista que trabajan de cara al público.
. La decoración del barco, vintage y desgastado (cortinas, mesas, sillas del interior y del exterior)
. El café del bar (parad ya de añadirle un chorro de agua al cappuccino, 🙏)