Estuvimos una semana, en las suites con jacuzzi. Hermosas,de muy buen gusto, minimalistas, la terraza es indescriptible la vista al atardecer,no hay televisor, ni musica funcional ni telefono, es para DISFRUTAR LA PAZ y los sonidos del silencio (Simon and Garfunkel dixi) hemos tenido unas sesiones de fotos de aves hermosas sin movernos de los sillones. La comida, CASERA abundante, muy rica,si piden vino ( la carta no es muy variada, pero los precios son apenas superiores a los del supermercado y no lo acaban) ,se los guardan. El desayuno espectacular, con pan casero, dulces idem, La atencion de los chicos, son jovenes pero con impetu de atender , es muy recomendable. Si lo que buscan es sosiego, es el lugar ideal. A 300 metros de la entrada,sobre la ruta yendo hacia los saltos. hay un lugar para visitar, recorrer con guia, y reconocer la flora del lugar, degustamos un anana recien cosechado delante nuestro ,super dulce,y hacia El Soberbio, hay un parador/ comedor, donde las milanesas son para compartir entre dos y sobra.Comento esto porque en el lodge, no sirven almuerzo. ALTAMENTE RECOMENDABLE PARA DESENCHUFARSE. Sin lugar a dudas que volveremos
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