Nuestro grupo de 8 adultos y 5 niños, tomamos el tren a Matjiesfontein (como la canción), nos alojamos en el Lord Milner Hotel y disfrutamos de cada segundo de nuestra visita a Matjiesfontein.
El hotel hace que uno aspiran a más lento, días más majestuosos y estamos muy agradecidos por los propietarios y el personal que se preserva una parte de nuestra historia para todos nosotros.
El personal era muy amable y hacía todo lo posible para que nuestra estancia sea memorable. Apreciamos mucho los pequeños detalles como leche en las estaciones de café en nuestras habitaciones, mantas eléctricas en las camas, y calentadores de panel para protegernos de invierno Karoo. Nos alojamos en las suites familiares con dos grandes dormitorios y dos baños, que tenía un amplio espacio para la madre, el padre y el hijo. Las camas eran muy cómodas y limpias, y a pesar de las historias de fantasmas, todos dormimos como bebés. También me encantó el hecho de que las habitaciones tienen vistas a los enormes jardines donde los niños podían correr y pagar y yo pudimos sentarnos en el pequeño patio y beber mi taza de café mientras manteniendo un ojo en ellos.
Uno de los mejores momentos para mí, como para los niños por debajo de 7 años (todos) era la excursión en autobús rojo, el guía de la excursión tenía un sentido del humor genial y a todos nos encantó la lección de historia. Otro punto destacado fue la visita fantasma y los niños todos tienen prueba por cierto de fotografías del fantasma al lado de ellos cuando estábamos sentados en la silla fantasma"" (obviamente no tiene nada que ver con el flash de las cámaras y el alto brillo de pintura en las paredes:)) y no puedo esperar para empezar la escuela, para que puedan compartir con sus amigos.
Tuvimos una cena en el hotel y se lo recomiendo el pollo cordon blue, que era muy sabroso, las verduras cocinadas a la perfección (todavía un poco al dente) con patatas fritas caseras.
Después nos tomamos unas copas en el viejo mundo y bar escucharon música de jazz por nuestro guía turístico de talento.
A la mañana siguiente nos arto de la carretera principal, visitamos el museo, tomamos té, scones con mermelada y nata (como un buen Brit debería) en el patio con jardín de la cafetería y era triste decir adiós a la Lord Milner y Matjiesfontein. Me hubiera encantado un día extra para descansar en los jardines, los alrededores de Karoo y tienen un pasado veld bebida con algunos más de jazz en el bar.
Sin duda vale la pena la visita!
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