Estuve hace poco por segunda vez hospedada en el hotel y no deja de encantar su estilo criollo, y esa preocupación por cuidar los detalles más típicos del campo chileno, generando en quienes lo visitan una magia por el campo chileno y sus tradiciones. El restaurant es atendido por personal vestido de huaso, y debo destacar la amabilidad de ellos, el hotel se preocupa de tener un personal amable con los huéspedes lo que sin duda marca la diferencia, le da un sello de calidad de un hotel de 5 estrellas y hace que la experiencia sea completa.
El desayuno y comidas del restaurant Varietales, de primera calidad. El desayuno muy completo y variado con un toque "casero y campestre" muy en la línea del hotel. La cena, cocina criolla gourmet de primera selección, en mi caso pedí un consomé de res que estaba perfecto y de fondo una pasta con salsa marina muy buena, por supuesto acompañado de un excelente vino como los que ofrece la carta del restaurant.
Las instalaciones son muy completas por los servicios que ofrece, piscina temporada, spa, valet parking, casino, y la imperdible visita al museo de Colchagua. Los dormitorios amplios y sus camas cómodas en mi caso la primera vez estuve en una habitación con vista a la plaza, esta segunda vez en una habitación con vista a los jardines interiores en ambos casos pude disfrutar de tranquilidad y de un descanso sin ruidos.
Si bien el hotel no es barato, vale la pena ya que aseguras un standard de alta calidad.
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