Un maravilloso lugar para disfrutar en familia en el medio de la selva, rebosa de naturaleza y de Paz. Pasamos dos noches excelente junto a amigos y familia. Existe un pequeño arroyo en el cual los niños y los grandes se divirtieron.
Son cabañas de madera, típicas de la zona. En el interior de la selva. A lado pasa un arroyo, donde refrescarse, con una pileta natural. Todo hermoso, cero stress, silencio profundo, a la noche solo se escucha el correr del agua del arroyo. La atención, desayuno y cena 10 puntos a cargo de Ana y Juliana, ellas siempre se rien, extraordinario el servicio. Precio acorde con todo. También a 100 mts hay una hosteria de la misma empresa, con pileta de natación la que también puede ser usada por los que están alojados en las cabañas. Lo único defectuoso es el camino de entrada, desde la ruta al complejo (1800 mts) que debe hacerse a paso de hombre, pero es parte del paisaje, hermosos. No hay mosquitos creo porque esta rodeado de citronellas.
La posada se encuentra ubicado a unos 4km de la ruta dentro la la selva misionera el camino es de tierra compactado y muy agreste pero al llegar a el predio se encuentra con la grata sorpresa que es un hermoso lugar y muy bien conservado recomendable de visitar don exelente atencion de Nanci de volver a visitar la zona me alojaria sin lugar a dudas en el mismo el precio muy acorde al servicio
Me gustó mucho el lugar, las cabañas y especialmente la atención brindada por la responsable de la cocina!! Muy rico por cierto, especialmente la comida típica local! En cuanto al acceso es recomendable ir en vehículo propio o acordar previamente el ingreso, mediante algún transporte a cargo de la Posada, porque desde El Soberbio son varios km con algún micro local por la ruta y luego a pie son un par de km que con mochila está bastante bien pero con valija no tan bien... Las cabañas son muy bellas y si no te molestan contar con alguna visita de fauna local amigable, animate a escuchar y ver de noche, pero no dejes comida a mano, ni siquiera dentro de la cabaña!
Aunque fuimos en temporada baja la atención fue excelente. La cabaña cálida y muy comoda. El camino de acceso un poco agreste para motocicletas de viaje pero con prudencia se transita bien. La noche tiene una tranquilidad y silencio que hace años no disfrutaba
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