Es la segunda ves que los visito. Fuimos atendidos de una manera tan cordial y atenta por cada uno de los colaboradores, al llegar al lugar mientras estaba viendo los pájaros, Gustavo un salonero se acercó para orientarme con los nombres de algunas aves, estaba tan dispuesto a ayudar, se podía sentir ese deseo de que la pasáramos bien!! El lugar es realmente encantador, sobre todo si eliges las casas de árbol, se puede realmente desconectar del día día y tener un baño de vida.
La estancia en este complejo es una de las mejores en nuestro viaje a Costa Rica. Nos alojamos en un bungalow con vistas directas a la laguna, la cual llegaba casi a nuestra terraza. La habitación era amplia y acogedora. Estabamos aislados de todo, lo que favorece la conexión con la naturaleza. Para ello están muy bien los tours que ofrecen y te permiten conocer más el entorno. José fue nuestro guía y consiguió transmitir su pasión por la naturaleza. Todo el personal muy amable, atento y profesional.
muchos sitios de Europa y alguno de América y África es el sitio más xulo en el que estado. Naturaleza por todo el recinto, aislados de todo y desde nuestro bungalow (todo de madera y con unas camas de escándalo) se veía una laguna en la que podíamos ver caimanes o tucanes a 2 metros de nosotros. Hicimos tres tours, uno de ellos en barco y vimos iguanas, serpientes, monos, cocodrilos, martines pescadores, ranas, sapos, pizotes, murciélago s todo tipo de insectos y algo más que se me olvidará. El trato fue estupendo de todos, me gustaría señalar al recepcionista Saúl, al guía Antonio y sobre todo a Jose (Xino) y al capitán del barco Jhony. Fueron muy profesionales, se les nota que disfrutan de su trabajo y nos hicieron disfrutar y aprender un montón. Un 10. Lo único malo fue el agua de la ducha, yo soy friolero y salía poco caliente. Supongo que usan sólo paneles solares para no estropear el entorno.…
Es un lugar encantador para ir tanto en verano como en invierno, siempre vas a ver animales. Tienen su propia huerta orgánica, su restaurante esta frente al lago y su comida es excelente. También hay botes para pasear en el lago y puedes ver muchos mas animales que caminando por los senderos. Linda experiencia.
Maquenque Eco Lodge, es un hotel de montaña. Con habitaciones en la cima de los árboles para quienes no temen las alturas, y Boungalows a nivel de piso para quienes sí. Tiene la particularidad de quedar al otro lado del Río San Carlos por lo cual te pasan en bote, eso le da un toque especial. Es una empresa familiar, el padre, Don Eduardo, un hombre de campo maravilloso, super amable al igual que sus hijos te recibe en la huerta que trabaja, donde hacen un tour por sus actividades, y de paso conoces el proceso del cacao. En la finca producen muchos de las alimentos que se consumen en el restaurante, no está de más decir que la comida es muy buena, excelentes opciones de desayuno, y el resto de comidas de igual manera. Es un lugar pacífico, bosque tropical húmedo, hacen un tour guiado por los senderos de montaña, donde aprendes mucho de la naturaleza en la que vivimos y que muchas veces como ticos no conocemos. Todas las personas que trabajan ahí, son muy nobles y amables, se siente en el ambiente un cariño sincero por lo que hacen. Y eso es muy bonito. Si desean un fin de semana tranquilo, pacífico, para recargar energías les recomiendo visitar Maquenque Eco Lodge. …
¿Es el propietario o administrador de este establecimiento? Solicite su perfil gratis para responder las opiniones, actualizar su perfil y mucho más.
Solicitar su perfil