Estuvimos alojados una noche en este hotel, y tanto las instalaciones, habitación como el personal nos parecieron correctos. Hicimos uso del su aparcamiento privado; tanto su precio como la instalación, correctos. El desayuno también estuvo bien. En general, un hotel mas que aceptable para una escapada a Valladolid.
Pésima elección. El primer golpe fue en la habitación, no era pequeña, era un cuchitril. No cabía ni la maleta. Solo se podía abrir en la cama y el armario de las mismas dimensiones. Bajamos a protestar a recepción y la solución fue cambiarnos de habitación Por la módica cantidad de 20 € más diarios. El tema del desayuno fue otra Decepción. La elección se limitaba a un croissant, o tostadas, o tortilla de patatas envasada y café. Así que nos cobraron por un desayuno buffet lo que en cualquier cafetería nos cuesta más de tres euros. Lo peor fue la escasez de personal en el Hotel, solo había dos personas para todo, cafetería, recepción, etc.. Lo único que tengo que decir, es que el escaso personal hacía todo lo posible por que las cosas salieran bien y con buena cara Hemos pasado cuatro días que no volveremos a repetir…
Pasamos un fin de semana en este hotel y esperábamos más de él como 4 estrellas. Como puntos positivos, la atención telefónica y en recepción fue perfecta. La decoración en la habitación es moderna, en recepción es muy clásica. La ubicación es estupenda, al lado del Campo Grande, y tiene garaje con acceso directo al hotel por 14 € la noche. Sin embargo la habitación doble (con cama de matrimonio) era bastante justa de espacio (viendo el mapa de la planta pudimos ver que había bastante diferencia entre unas habitaciones y otras). La insonorización también muy mala puesto que nos tocaron unas personas ruidosas en la habitación de al lado y se les podía oir perfectamente. La ducha muy buena y cómoda, pero la entrada a la bañera es un poco peligrosa porque con la mampara fija queda muy poco espaciopara pasar y es justo por donde la bañera está en cuesta. Y la luz que genera el termostato del aire acondicionado por la noche si lo enciendes (que no tiene mando a distancia, por cierto) molesta muchísimo porque está enfrente de la cama. El desayuno con las precauciones por el COVID no es buffet, y eso no nos lo avisaron en ningún momento al contratarlo (y lo contratamos telefónicamente y luego en recepción), se sirve en la cafetería del hotel y está poco surtido: zumo natural, café o cacao, croissant y algún bollo, tostadas, tortilla de patata, embutido o plátanos, pero servido como en un bar, sin posibilidad de repetir y pedir más, o al menos el único camarero no lo ofreció en ningún momento. Aparte, el único camarero estaba un poco desbordado porque nos juntamos varios clientes al mismo tiempo. Pedimos el último croissant y los siguientes clientes se quedaron sin ningún tipo de bollería, a pesar de que aún quedaban 45 minutos para el fin del horario del desayuno. Me da pena escribir algo tan negativo pero creo que deberían revisar unos cuantos detalles para ofrecer mejor servicio. Si fuera un 3 estrellas lo hubiera aceptado.…
Hemos estado este fin de semana 6 amigos alojados en este hotel una sola noche. Los precios para mi gusto altos... 100€ la habitación doble SIN DESAYUNO, en unas habitaciones con camas no demasiado grandes. El hotel para colmo estaba en obras, y el precio de la habitación te incluía la necesidad de recorrer medio hotel y hacer trasbordo de ascensor y pasillo para acceder a tu habitación. Vamos, que más que un hotel parecía una sala de escape. Creo que sabiendo que están de obras, por mucha demanda que tengan un fin de semana deberían de ser más ajustados en cuanto a precio.Por lo demás bien, hotel limpio, con personal amable.... Eso sí, con un toque British en la habitación que incluía una moqueta ! A nosotros nos valió, pero creo que sí volviéramos miraríamos otras opciones.
Fuimos a celebrar un cumpleaños el sábado 29 de febrero. Éramos 12 más 2 niñas y todos salimos encantados. Al llegar, en recepción nos trataron muy atentamente y nos indicaron donde estaba el restaurante. Tomamos el menú de fin de semana, que son 4 primeros y 4 segundos a elegir y postre con bebida incluida por 20 euros en fin de semana. Todos los platos estaban riquísimos, además era imposible quedarse con hambre, porque había mucha cantidad. Lo que más "triunfó" fue los garbanzos con pulpo. La atención del metre fue estupenda, muy atento durante toda la comida. Además el cocinero salió para preguntar si había estado todo bien, un buen detalle. Después de la comida nos quedamos tomando algo en el salón social. Estuvimos muy a gusto en los sofás de sobremesa. La verdad que acabamos muy contentos y repetiremos seguro. …
¿Es el propietario o administrador de este establecimiento? Solicite su perfil gratis para responder las opiniones, actualizar su perfil y mucho más.
Solicitar su perfil