Hermoso hotel en las sierras, la habitación tenía una vista divina a las sierras. La comida casera riquísima y el desayuno super abundante. Hicimos una caminata por las sierras terminando en una cascada que nos encantó. Marina y Andrés unos genios.
Marina y Andrés hacen a gran parte de lo que es pasarla bien en este lugar. La estancia y el paisaje son mucho más de lo que se puede sospechar en las fotografías. El lugar es mágico, con historia familiar, la de antes y la de ahora. Cargado de trabajo y de tesón. Nuestra habitación hermosa, con vista al campo. El baño impecable. Buena calefacción. Muy limpio todo. Estar afuera descansando bajo los ombúes, caminar hacia el arroyo, charlar de infinitos temas con Andrés, jugar con los perros, ver zorros, algún ñandú que se arrimó al alambrado, bandurrias…toda la experiencia de una riqueza inmensa. La comida un punto aparte, más que excelente. No sólo su calidad (y cantidad) sino también cómo te presentan todo y cómo consideran tus gustos y contemplan tus horarios. Es un lugar…
Es un lugar donde se respira tranquilidad, donde convergen historia y presente a través de las narraciones de Marina y Andrés. Nos transportaron al pasado en cada recorrida por la ladera de las serranías al lomo de alguno de sus siempre bien cuidados equinos. Por cierto, la comida es exquisita, saborear un guiso de campo o un cordero a la parrilla fueron momentos altos en la estadía. Las estufas a leña dan el marco perfecto para una estadía en invierno. Muy recomendable, volveremos !
Marina y Andrés son los mejores anfitriones! Comimos delicioso durante toda nuestras estadía de 3 días. Marina siempre complaciéndonos a los 4 y preparando deliciosas opciones para nuestra hija intolerante al gluten. Quedamos encantados con las cabalgatas en compañía de Andrés. Extrañamos las caminatas con los espectaculares atardeceres y encontrar las estufas de leña encendidas a nuestro regreso. Las habitaciones impecables y la paz de la noche en medio del campo no tiene precio. Ampliamente recomendamos la experiencia de pasar unos días alejados de todo en la bella Estancia Los Plátanos... ya queremos volver!
Pasamos cuatro días hermosos en familia en vacaciones de julio. Fue nuestra segunda estadía en Los Plátanos y sin duda vamos a volver en breve. Nos sentimos muy a gusto, tanto el entorno como los anfitriones Marina y Andrés son excepcionales. La posibilidad de tener todas las comidas resueltas, que tuvieron en cuenta nuestras intolerancias alimentarias y lo delicioso de los platos hicieron que nuestra estadía fuera perfecta.
¿Es el propietario o administrador de este establecimiento? Solicite su perfil gratis para responder las opiniones, actualizar su perfil y mucho más.
Solicitar su perfil