Estuvimos dos días disfrutando de la hospitalidad, la comida y los sonidos del campo. Absolutamente recomendable para desconectarse y pasarla bien! Entre desayunos, asados, postres, meriendas y pastas se puede visitar el campo, recolectar huevos y divertirse con los animales!
La estancia es muy bonita, la comida muy abundante y rica. Pero le falta inversión (colchones, sillones, sillas para la galería). Los dueños extremadamente amables y serviciales. Estuvimos una semana y desconectamos mucho, que era el objetivo del viaje.
Pasamos un fin de semana con la familia de nuestros amigos. La calidez de Luisina y Rodrigo, su esmero y atención, la limpieza y prolijidad del lugar, la dedicación hasta en el más mínimo detalle, la exquisitez de su comida casera, las actividades propuestas y la libertad de estar en un lugar inolvidable hicieron de este fin de semana una experiencia maravillosa y altamente recomendable. No debes preocuparte por nada, sólo estar dispuesto a disfrutar. Un lugar para vivirlo y compartir con los que quieres.
Decidimos pasar unos días de relax con mi pareja y nuestra perrita. Desde un primer momento que nos contactamos con Rodri y Lu, quienes tuvimos el agrado de conocer, nos brindaron toda la información vía WhatsApp app, y despejaron varias dudas e inquietudes antes de reservar. El lugar es bellísimo por donde se mire. La habitación que nos tocó fue bellísima, super cómoda, con baño privado y también amplio. Con galería propia, que salias y por la tarde daba el atardecer. La comida era riquísima, preparaban comidas a la parrilla, y demás, todo muy casero y de excelente sabor. Quiero agradecer que hayan aceptado mi perrita, eso fue super positivo desde un principio ya que muchos lugares no aceptan mascota. Tuvimos la suerte de hacer algunas actividades campestres con la guía de Rodri.. Con mi pareja recomendamos ampliamente este lugar, te vas a relajar y te vas a deleitar con ricas comidas, sin tener q pensar en cocinar. Relajás o relajás... …
Gran experiencia volvimos a pasar en Arroyo de Luna. Esta vez con amigos, disfrutamos de la excelente comida, atención y actividades que pudimos realizar en el extenso campo que tiene este emprendimiento familiar. Rodrigo y Luisina fueron grandes anfitriones y nos aseguraron 3 días de puro descanso y contacto con la naturaleza. Anduvimos en bicicleta, juntamos huevos, viajamos en carro, nos metimos en el tanque australiano, entre otras actividades. Fue nuestra segunda visita y sin duda volveremos a visitarlos. No se lo pierdan!
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