Elegimos este alojamiento pensando en mis nietas y no nos defraudó en lo que íbamos a buscar. El predio es enorme y con muchas actividades para los niños; desde alimentar a los patos, ver a los pavos (comunes y reales), entrar a la jaula y alimentar las gallinas y conejos, recorrer el amplio predio y acercarse a las llamas, los ciervos, los caballos y hasta quedar rodeado por las ovejas y chivitos. Y hay que sumarle a esto una pequeña tirolesa, las camas elásticas y las hamacas. Mis nietas pasaron un fin de semana hermoso, y los adultos disfrutamos esos momentos. Estuvimos en una cabaña para 6 personas; era bastante sencilla, con la calidez de la madera, pero casi sin decoración; limitada en algunos aspectos, como dormitorio principal sin velador; buena calefacción, vajilla y utensilios de cocina regulares. En la cocina 2 hornallas no encendían, y el principal problema era bañarse; la mezcladora de la ducha no funcionaba bien y era muy difícil regular la temperatura del agua, o muy caliente o muy fría; y además, el termo es pequeño, si nos bañábamos todos seguidos, los últimos no tenían agua caliente. Una pena, por todo lo positivo que aporta el entorno. El desayuno está muy bueno; ofrecen algunas alternativas para almorzar, y un plato para la cena, que se pide durante la tarde y se retira a la noche. Las veces que pedimos comida, resultaron platos sencillos pero bien elaborados, a muy buen costo. Una tarde tuvimos un incidente, entró al predio un caballo (un pony) que no pertenecía al complejo; galopó y fue a comer pasto junto a un alambrado; alguien que no lo vió entrar, pensó que era un animal tranquilo de los pertenecientes al complejo, se le acercó y el pony arrojó unas patadas. Supongo que fue algo muy casual, los demás huéspedes ni se enteraron.…
Fuimos en familia dos veces, y tenemos pensado seguir yendo cada vez que podamos. Un predio soñado, con vistas alucinantes y animales que andan en ciertos sectores. Las cabañas son muy cómodas y todo parece de cuentos. Sin dudas es para ir y disfrutar ahí adentro, nuestras hijas estuvieron felices (y los adultos que amamos la naturaleza y tranquilidad también). Y, por último, la atención excelente, han sido muy amables.
Nos hospedamos en la Cabaña superior familiar en Abril 2021 (4 adultos y 2 menores). La cabaña muy completa y super cómoda. Pero lo mejor del lugar, por lejos, es el complejo! Un entorno natural único que te permite descansar y desconectarte de todo... Lo único que le agregaría es una pileta climatizada, el resto es un 10! Sin dudas que vamos a volver!!!
Un lugar hermoso, con animales libres en la pradera a la cual se puede acceder fácilmente. Me resultó más entretenido y bello pasar las tardes en las praderas de la estancia que en cualquier otra excursión de Tandil. Muy bueno el desayuno. La ubicación te obliga a manejarte en vehículo.
Estuvimos 4 noches con mi marido en un vagón que daba al corral de los Ciervos, el predio enorme para recorrer con caballos, ovejas, llamas, cabras,chivos,nutrias, peces de colores ,pavos reales, etc..hacen que uno se sienta realmente muy bien.Subimos hasta el Cristo de las Sierras, desde donde se vé la ciudad de Tandil, el lago del Fuerte y las sierras.La atención de Samantha,Camila y Candela, excelente, sin olvidar el riquísimo y completo desayuno, atendido por Valentina y Majo,muchas gracias!!! Cora y Francisco.
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