El hotel está alejado del centro en un espacio verde lo que lo hace acogedor. Como casi todos lo de la misma cadena están muy mal mantenidos y descuidados. El kínder es un buen plan para niños y la pasan muy bien. La pile climatizada es súper pequeña. Las habitaciones son grandes pero muy tristemente decoradas. El resto está bien, para no tener que salir al centro a comer es una opción.
No lo conocía. Muy buena la estructura edilicia, con detalles de sobriedad y buen gusto. Habitaciones amplias y muy cómodas . Servicio de restaurante muy bueno. Me extraña leer que es pésimo. Bajo ningún concepto! .Quizás el desayuna tenga algún detalle solamente. Pero todo esto se compensa con la excelente atención del personal, atento, amable y simpático. Creo que necesita mas promociones porque el precio real es algo elevado. Además está en el centro de una zona turística que vale la pena conocer: montaña, valles, bodegas, hacer parapente en La Cumbre, y mucho mas.
Es el segundo HJ que me encuentro con un pésimo servicio de restaurante, parece como si hubieran cambiado la concesión. En este caso, además de demora excesiva (clara falta de personal para la cantidad de huéspedes), le sumamos el mal trato. Una lástima, porque en general está muy cuidado todo su entorno, habitaciones limpias, pileta en funcionamiento, y recepcionistas super agradables y expeditivas, y la relación precio calidad es buena en temporada baja.
El servicio es excelente. El personal y la calidez humana 10 puntos. Tanto las chicas de recepción, como las del bar, restaurante y spa son excelentes. Trato cordial, ameno, de confianza, cálido y muy profesional. El menú del bar y restaurante es super amplio y de excelente calidad. Cuenta con muchas opciones veganas, vegetarianas y sin gluten. La sala de juegos es bastante variada y amplia. El spa también tiene bastantes opciones y todas muy buenas. Ambiente muy tranquilo y familiar. Recomiendo ir.
Estuvimos un fin de semana en enero. Las habitaciones están viejas, los baños con los cerámicos percudidos, alfombras muy viejas. Colchones y acolchados también viejos. Pedimos cambiarnos de habitación porque la primera realmente estaba muy fea, sin frigobar, y los muebles rotos. Además, parece que aún están en obras, ya que mientras estuvimos en la pileta, había albañiles trabajando al lado nuestro. Incluso un domingo a las 8 de la mañana. Las reposeras de madera de la pileta están todas rotas. Y hay sillones en desuso en los pasillos. El desayuno buffet, con algunas cositas dulces, pero nada que valga la pena mencionar. Lamentablemente el café y el jugo de naranja muy aguado. La atención, es buena pero podría mejorar, ya que si bien son muy amables, no responden a las necesidades de la cantidad de huéspedes. Falta personal. Una pena, porque hemos visitado el hotel varías veces, y nunca nos llevamos mala impresión, hasta ahora.…
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