He alojado dos veces en el hotel; es un lugar muy acogedor, los jardines con álamos en otoño se ven preciosos, y la galería resguarda de los calores intensos del verano. Es un lugar para desconectarse, para bien o para mal, debido a la ausencia de TV en las habitaciones y la mala señal del wifi en algunas partes del hotel. Pero se gana en tranquilidad, de todas maneras. Las medialunas y el café con leche del desayuno, insuperables!
Es un lugar super pintorezco y con una decoración estilo campo que a mi particularmente me encanta!, Isabel (la dueña) es una española radicada aqui encantadora, las habitaciones (parte vieja) son un poco pequeñas. Se puede comer alli si les avisas por el menu y la comida es realmente fresca y buena. El nombre se debe a que el lugar nació como un molino productor de aceite de oliva, excelente calidad del mismo.
en un marco natural,con una decoración acorde al lugar, muy buen aseo de las habitaciones,el restaurant riquísimas comidas y excelente atención, muy buena relación precio - calidad, se los recomiendo sin lugar a dudas
Un lugar precioso para descansar unos días en un ambiente super tranquilo. El hotel en general está bien, mejor la parte nueva que la vieja. El desayuno muy bien, la pileta un poco chica, nosotros estábamos solos en el hotel y los chicos la disfrutaron mucho, pero con mas pasajeros en el hotel sería demasiado pequeña.
Nos hospedamos en habitación con tv, canales de películas abierto, buen detalle. Silenciosa, acogedora. Cama espaciosa. Buena calefacción. Desayuno rico y abundante. La cocina de la posada está disponible, como así también la amplia biblioteca. Conocer la fábrica y sus aceites, imperdibles. Recomendable, Excelente atención por parte de sus dueños. Volveremos.
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