Buscaba un lugar con vista a viñedos y con un precio razonable para alojarnos y este me pareció una buena opción. El lugar es muy lindo y tranquilo y tener la cabaña a pasos de los viñedos está muy bueno con muy lindas vistas, incluso la pileta está literalmente al lado de las viñas, está muy bueno poder caminar por el viñedo o sentarse en la galería a ver la vista, pero lamentablemente el interior de la cabaña me pareció demasiado básica. Creo que se podría mejorar mucho con algunos detalles. La cama principal no tiene cabecera, el cubrecama es horrible, la ropa de cama y almohadas bastante flojas, hay solo unos estantes para apoyar tus cosas, no hay placares ni percheros, en el cuarto de los chicos hay también unos estantes chiquitos nada más. El baño muy sencillo y te dejan un trapo de piso y secador de piso al lado de la ducha que apenas entras al baño ya te das la idea de que se va a mojar el piso al ducharte. Nos dejaron un jaboncito pero nada de shampoo, por suerte había llevado unos sobrecitos de shampoo por si no había. El aire acondicionado funcionaba pero no sé si no andaba bien porque no daba suficiente frío y nos tocaron días de calor. La cocina tiene una heladera grande con Freezer, eso es bueno. El equipamiento es muy básico, no hay un escurridor dónde poner los platos a secar , el tacho de basura es muy chiquito (debería ser más grande sobre todo si no hay limpieza diaria), el mantel era viejo y feo, el trapo repasador estaba roto, la esponja que te dan para lavar los platos es usada, cuánto mejor sería dejar una nueva a cada huésped. Son detalles nomás. No se cada cuánto o si limpian la cabaña, nosotros estuvimos solo dos noches y no limpiaron nada , no nos importo igualmente ya que fue muy corta nuestra estadía. Cuando llegamos nos atendió Néstor , súper amable, no sé si es familiar de Diego con quién reserve , quien parece que se había olvidado de nuestra reserva, igual no hubo problema por suerte. Rescato el lugar que es lindísimo pero el interior de la cabaña lo mejoraría .…
Este restaurante está enclavado en un ambiente natural tipo monte, camino al Valle Grande, lo que permite disfrutar de lo mejor de la zona. Apenas un llega se puede apreciar el olor a jarilla, planta típica de la zona y de aroma agradable. Los platos que podemos degustar realmente son muy buenos pero lamento lo corto de la carta motivado por el hecho que en ocasiones, al faltar alguno de ellos, las opciones se reducen bastante. No obstante, la atención es apropiada y algún arreglo se puede acordar en caso de que algún ingrediente no sea del agrado. Lamentablemente han desaparecido las estufas de hierro que acompañaban al salón principal el cual se encuentra un poco desprovisto lo que hace que las conversaciones tengan ecos y falta música ambiental. Los exteriores, si la noche no está fría, son espectaculares. Seguramente estos detalles se van a ir corrigiendo pero recomiendo totalmente este lugar. Aconsejo realizar reserva.…
Estuvimos alojados con mi marido, nuestra hija de 4 años y nuestra perra, 5 días aquí. Por falta de disponibilidad estuvimos 2 días en las cabañas con vista abierta al viñedo y Laguna, y 3 días en la casa de campo. Pudimos trastear Las dos opciones y ambas son encantadoras! La magia de estar en contacto con la naturaleza, de recolectar y saborear las frutas de los frutales plantados en la finca, de disfrutar las vistas, es soñado. La atención de Diego y su familia, es la mejor! La tienda de productos regionales es divina y se pueden comprar productos elaborados por ellos mismos, entre otros. En el restaurante se pueden degustar riquísimos y abundantes platos, y tiene una estética muy cuidada y moderna. Recomiendo 100% estas cabañas para los que buscan desconectarse y disfrutar de la naturaleza. …
Hemos tenido una estadía maravillosa, rodeados de naturaleza y atendidos de manera excelente por Diego y su Staff. Desde el ingreso nos sentimos como en casa; disfrutamos de las piscinas, las vistas de las montañas, las frutas y dulces de producción propia y sus maravillosos atardeceres. La ubicación es excelente, están muy cerca de las principales atracciones de la ciudad: bodegas, montañas, lagos y ríos. Una recomendación especial, no se olviden de visitar el local de productos regionales y el restaurante, ambos ubicados en la propiedad.
Un lugar ideal para el descanso, atendido muy amablemente con la mejor vista de rama caída entre viñedos y frutales, cuenta con un lago artificial y lugar para comprar productos regionales. Volvería sin duda alguna
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