El entorno es único. Las habitaciones son muy confortables y estéticas. El personal del hotel tiene muy buena atención. En nuestra opinión, al hotel le faltan servicios, como: almuerzo en el hotel, bar, ampliar horario de restaurante, mejorar la decoración y calidez del salón restaurante y otras salas.
Lamentablemente la habitación estaba llena de ácaros no pude dormir bien en toda la noche. Es imperdonable esto en un hotel de esta categoría. Veníamos de hacer la travesía de paso de las nubes, durmiendo en refugios, mi crítica no es de quisquilloso.
Estuvimos alojados dos noches hace unos días, nos tocó un fin de semana muy bueno, totalmente despejado por lo que los paisajes se disfrutan más, la ubicación del hotel es estratégica junto a la desembocadura del río Frías, el hotel está impecable, remodelado sin perder el estilo original pero totalmente modernizado por dentro, decorado con buen gusto, todo está en buenas condiciones. Hay dos opciones para comer, podés almorzar en el comedor que está a 100 mts del hotel con opciones muy ricas y a precios totalmente razonables para el lugar donde está, y a la noche cenás en el restaurant del hotel que es muy lindo con platos riquísimos y a los mismos valores que el comedor. Hay muchas opciones de caminatas para hacer durante el día, imperdible aprovechar la navegación por el lago frías con el Tronador de fondo, los huéspedes del hotel tienen descuento en ese paseo. Durante el día hay bastante movimiento de turistas que llegan en los catamaranes dando vida al lugar, a partir de las 18:00 con la {ultima vuelta ya sólo quedan los huéspedes y el personal, es de destacar la predisposición y amabilidad de ellos. Leí un comentario que le cobraban el agua del mate, si das tu número de habitación al de la confitería no te lo cobran. Es un lugar para volver, lo recomiendo!…
Ideal para descansar y desconectar en contacto con la naturaleza. Posibilidad para hacer senderismo de distinta intensidad. La ubicación es excelente, ofrece una vistas maravillosas. Buena relación precio calidad. El personal es muy amable.
Siendo huéspedes tuvimos que almorzar en un lugar alternativo al restaurante del hotel (a 100 mts) porque estaba cerrado. Teníamos que hacer cola como los turistas que hacían la excursión por el día en lugar de tener un almuerzo en las instalaciones que habíamos pagado. Por otra parte, ambos espacios gastronómicos están bien para comer pero tienen poca variedad de platos. La cafetería tampoco tiene mucho para ofrecer y está cerrada su atención en varios horarios por lo que el huésped queda librado a su suerte si quiere un café. El desayuno no estuvo mal pero una cafetera no funcionaba bien (hizo bajar la tensión al ponerla en funcionamiento). No había una gran disponibilidad para dar agua para el mate (que por otra parte.. se le cobra a los huéspedes del hotel!!!). Cuando llegamos en la habitación había dos toallas de mano sucias y manchadas y las almohadas que nos ofrecieron eran muy incómodas (muy anchas). La suite 7 (creo que es la mejor ubicada: con balcón y vista al lago...) no tiene bidet (!!!, estamos en Argentina). Nos informaron que el acceso a la piscina era de una hora por grupo y luego nos vinieron a sacar a los 45 minutos para limpiarla (cosa que no había sucedido cuando ingresamos). En las habitaciones deberían poner opciones a ese fundón pesadísimo e incómodo que tienen, en el mercado hay versiones mucho más modernas e igual de abrigadas (y livianas). Naturalmente, es una experiencia que vale la pena para vivir el entorno maravilloso del lugar pero el hotel en sí no es gran cosa y tiene mucho para mejorar. El personal muy agradable.…
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