Nos hospedamos con mi esposo por una noche. La ambientacion, con sus muebles de estilo combinados con modernos; una biblioteca que nunca me hubiera imaginado; el ambiente campestre, atendido por sus dueños con sus colaboradores, te hacen sentir como de la familia. Brindan unos desayunos maravillosos, nosotros tuvimos una cena y nos ofrecieron cordero acompañado con ensaladas deliciosas, riquisimas las empanadas de Cristina.Todo ello hizo que pasaramos un dia magico escuchando los sonidos del silencio, esa musica maravillosa donde sus interpretes son el canto de los grillos y el trinar de las aves Si queres descansar lo recomiendo absolutamente. Muchas gracias Marisa y Enrique, sin lugar a dudas volveremos!
el hotel muy bien ambientado, las habitaciones muy amplias y muy bien puestas y decoradas, el baño amplio y limpio...la comida excelente incluido el desayuno con buen variedad de frutas, tartas, etc La cena(cordero a las brasas) exquisita con muy ricos postres Es un lugar era ir solo o en familia muy bien cuidado y atendido tanto por quienes sirven como por la dueña que vive en el lugar y pone dedicación y cariño en los detalles y la atención Muy recomendado
Atención esmerada, desde el primer contacto. Fue como llegar a la casa de parientes. La mesa servida con sumo esmero, la comida (probamos cena y desayuno) como en casa. En fin, lugar para relajarse, si el clima se presta, hay piscina. Vi una cancha de tenis, que seria bueno que la arreglarán para poder usarla. Se puede tener en cuenta para ir a los Esteros (creo que están a unos 120 o 150km?)
Estuvimos 4 días soñados, un paisaje maravilloso, lleno de estrellas por la noche y sin límites en el día. La casa es preciosa, amplia, los cuartos inmensos y confortables. Marisa nos atendió hasta en los mínimos detalles, desayuno rico , nos hizo picadas para recibir amigos , cuando quisimos almorzar o cenar solo le avisamos y nos preparo comida rica servida en una mesa impecable. Nos asesoró en nuestros recorridos y hasta nos conectó con un vivero para comprar orquídeas. El personal amable, servicial y eficiente.
Nos quedamos una noche, camino a los Esteros del Iberá. Este campo tiene un encanto especial, su dueña es amorosa y nos hizo sentir supe bien recibidos. La casa tiene una biblioteca espectacular, los cuartos son amplios, cómodos, muy bien cuidados y decorados. Los baños impecables. Nos prepararon un cordero a la parrilla para todo el grupo, en una mesa larga y muy bien puesta. nos llevaron a recorrer el campo en comioneta al atardecer, a los chicos les dieron el equipamiento para ir a pescar al lago. Nos sorprendió que un lugar que era de paso, termino siendo un lugar tan especial al cual nos encararía volver solo para quedarnos unos días ahí! Gracias Marisa por tu calidez!!!
¿Es el propietario o administrador de este establecimiento? Solicite su perfil gratis para responder las opiniones, actualizar su perfil y mucho más.
Solicitar su perfil