Hospedería en buena ubicación, pero pésima higiene y mantenimiento ( duchas con puertas oxidadas, paredes sucias, olor a humedad, paredes y armarios con humedades, toallas de pena...). No volvería a este establecimiento.
Trato amable. Recepción 24 horas: guardarán nuestro equipaje mientras no dispongamos de habitación (días de llegada y/o partida). Habitación pequeña, con minúsculo cuarto de baño. Sin ruidos nocturnos de la calle, pero sí se oyen los que hagan los vecinos. Desayuno tipo bufé: café con leche, infusiones, zumo, magdalenas y cruasán de supermercado, queso, embutido, fruta, cereales, tostadas, etc. Ubicado frente al Recinto Ferial y a unos 400 m de la gruta de las Maravillas. Nuestra única decepción fue la cena: quizá contratamos una demasiado barata. En esta época hacía frío en el salón comedor.
Ideal para mucha gente y jóvenes. Buen sitio, junto a la Gruta y recinto ferial, con aparcamiento propio, y por lo demás es un edificio antiguo, normal, sin florituras, y muy barato. Tiene una capilla y se dan misas los domingo por la mañana.
Está bien situado, no muy lejos del centro. Por esto es tranquilo. El personal de recepción se agobia cuando tiene más de un cliente en el mostrador. No tiene capacidad ni siquiera para entregar una llave cuando atiende a otro cliente. La cama de matrimonio se hundía por el centro y pasamos mala noche.
Para lo que ofrecen un poco caro el alojamiento. Mantenimiento cero. El agua se salía de la ducha y llegaba a salirse fuera de la habitación llegando al pasillo. Paredes de papel, se escuchaba todo de la habitación de al lado. El radiador hacía un ruido toda la noche como de aceite goteando. Camas un poco incómodas.
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