A pesar del cambio de dirección, siguen siendo unos apartamentos amplios, confortables y muy cómodos. Mario sigue bien la estela dejada por Javier. Situados en el centro de Reinosa junto al río Ebro. Desayuno muy completo incluido en el precio, servido en el restaurante. Se puede comer de menú con varios platos a escoger y muy buenos con generosas raciones. Buen chef que ya estaba en el Octubre, reseñado en otra ocasión. Las camareras muy amables. El servicio de limpieza es bueno y Chari se desvive por ayudar. Recomiendo reservar con tiempo
Très mauvaise nuit dans cet « hôtel » sans Clim (contrairement à ce qu’ils annonçaient) et sans double vitrage. La chambre qui nous a été attribuée donnait sur une place très animée. Elle était propre mais dépourvue de toute isolation pour les nombreux bruits extérieurs. On a eu l’impression de dormir sur le trottoir… Ajoutez à 7h l’installation des tables de la terrasse et vous aurez une idée de l’excellent moment que vous pouvez passer dans cet établissement… petit déjeuner très quelconque et limité (le cuisinier arrive à 9h30…). Service à l’avenant, peu aimable. Bref, ne coute pas très cher (60€ quand même pour une chambre double) mais ne vaut rien…
Tras tomar una consumición, me acerqué a la barra para pedir cambio con la idea de adquirir tabaco en la máquina expendedora. Como las dos camareras estaban muy ocupadas tocándose las narices hablando entre ellas, tuve que esperar un buen rato a ser atendido. Cuando una de ellas, por fin se dignó a atenderme y la solicité cambio, simplemente me dijo que no me lo daba. Sin más. Al pregúntale el motivo y más habiendo realizado una cuantiosa consumición, adujo que no tenía cambios (de 10 €) quedándose tan ancha. Me limité a decirle que menuda manera de hacer clientela. Era un establecimiento al que solía ir cuando voy a Reinosa, pero no vuelvo a ese tugurio.
20 minutos esperando en una mesa a ser atendidos y no tienen ni la decencia de mirarte a la cara cuando pasan por al lado tuyo, ni yendo a dentro te hacen caso. Por mi, nadie que yo conozca irá a consumir a éste negocio. Suerte.
El restaurante volvió a abrir en septiembre y ha tenido que adaptarse a la fuertes restricciones por el Covid en Cantabria. Hoy tomamos en la terraza unas deliciosas rabas o aros de calamar rebozados en harina y fritos. El dueño, Diego, invitó a todos los clientes a un caldo de gallina bien caliente, que con el frió reinosano es de agradecer.... Después pedimos el menú para llevar y tiene las tres Bs. Por 12€ elegimos rissoto de langostinos, magret de pato con salsa de arándanos y mousse de limón. Todo riquísimo y las raciones generosas. Muy bien Diego!!!
¿Es el propietario o administrador de este establecimiento? Solicite su perfil gratis para responder las opiniones, actualizar su perfil y mucho más.
Solicitar su perfil