La segunda ciudad en tamaño de Baden-Wurttemberg tras Stuttgart es Mannheim, que se ubica entre las confluencias de los ríos Rin y Neckar, y es una ciudad extraña en términos alemanes en lo referente a su diseño, dado que está formada por cuadriculas, siguiendo el modo de ciudad que se ve habitualmente en los EE.UU. El diseño en cuadrícula de la ciudad data de 1606 y parte de la fortaleza de Friedrichsburg, que luego se convertiría en el Palacio de Mannheim. En la actualidad, alberga en parte a la Universidad de Mannheim. La icónica Torre del agua de la ciudad y el parque Luisenpark son atracciones que no hay que perderse.

Palermo es un crisol urbano caracterizado por una historia y una cultura tan diversas que a menudo parecen en conflicto. Descubre una interesante variedad de estilos arquitectónicos, desde cúpulas árabes hasta edificios barrocos, y disfruta de una cocina deliciosa con orígenes diversos. No te pierdas el Palacio de los Normandos, la Capilla Palatina y la iglesia de San Juan de los Ermitaños. Los amantes de la música y el arte no pueden dejar de visitar la Galleria d’Arte Moderna (la “GAM”) y el Museo Antonino Salinas o ir a ver una ópera o un ballet al Teatro Massimo.

Las Cícladas son un archipiélago griego con hermosas playas de arena blanca, montañas escarpadas y frondosos valles. Las atractivas islas de Santorini y Mikonos aglutinan a personajes de la alta sociedad, mientras que las menos conocidas, como Milos y Naxos son lugares perfectos para los amantes de las playas. Ruinas como las de un antiguo asentamiento dorio del siglo XI y Akrotiri, una ciudad preservada entre la ceniza volcánica, en Santorini, fascinarán a los que se decantan por la historia antigua. Hay que destacar la oferta gastronómica de Sifnos. Aliscafos, transbordadores y catamaranes conectan las islas entre sí.

Una bulliciosa ciudad portuaria en la superficie, la capital urbana de Creta oculta milenios de historia debajo de sus atracciones modernas. En Heraclión, los scooters pasan rápidamente frente a reliquias minoicas y medievales tales como la fortaleza de Koules junto al mar, mientras que las fuentes turcas burbujean a la sombra de edificios departamentales.

Conquistar Nueva York en una visita es imposible. Por eso, visitá lo imperdible: el edificio Empire State, la Estatua de la Libertad, el Central Park, el Museo de Arte Metropolitano; y luego explorá lo menos conocido con visitas a The Cloisters o a una de las bibliotecas de la ciudad. Disfrutá de las tiendas bohemias del West Village o la fina gastronomía del Upper West Side. El bullicioso mercado de la estación Grand Central te da un sabor literal de lo mejor que la ciudad tiene para ofrecer.