Tubinga se convierte en foco de atención con el festival ChocolART que reúne a expertos de Francia, Italia, Austria, Suiza y Alemania. La variadísima selección de cajas de bombones hacen las delicias de visitantes y entendidos chocolateros. Los mejores chefs internacionales aprovechan la ocasión para preparar sus delicias culinarias. Te divertirás con el fabuloso programa de entretenimiento que se prepara para el festival, con el chocolate como estrella.

Sede de la universidad más antigua de Alemania, Heidelberg fue duramente golpeada durante las guerras del siglo XVII y fue reconstruida en el siglo XVIII con edificios barrocos. Si querés dar un paseo agradable, caminá por las calles góticas del centro histórico de la ciudad. No te olvides del castillo Heidelberg, el corazón simbólico de la ciudad; Alte Brucke, un hermoso puente del siglo XVIII y la Cárcel para Estudiantes. Construida en el siglo XVI, se usaba para sacar a los estudiantes maliciosos de las calles de tres días a un mes. ¡Y se dice que Penn State es la escuela parrandera n.º 1!

Territorios independientes del Bosque Negro, cuyo origen se remonta a la época medieval, Titisee y Neustadt (junto con Rudenberg) se unieron en 1971 para formar Titisee-Neustadt. Transcurridos unos pocos años más, las ciudades colindantes de Langenordnach, Schwärzenbach y Waldau también celebraron su unión. Conocida durante mucho tiempo como ciudad balneario, Titisee se asienta en las orillas del lago que lleva su mismo nombre. La leyenda dice que fue el Emperador romano Tito quien le puso su nombre tras haber quedado prendado por su belleza. Esta zona es ideal para hacer senderismo y deportes de invierno.

Este es otro hermoso pueblo antiguo sobre el Lago de Garda. Malcesine es un elegante resort en la base de Castello Scaligero. Disfrutá de un día relajado de compras en el pueblo (no te olvides de detenerte en un café al aire libre con vista al lago) o, si te sentís inquieto, podés montarte a un teleférico que te lleve a Monte Baldo para esquiar durante el invierno o hacer excursionismo en el verano.

Berlín es una ciudad tensa, desde su moda a su arquitectura hasta su cargada historia política. El Muro de Berlín es un recordatorio aleccionador de la atmósfera hipercargada de la posguerra, y aun así, los grafitis que cubren sus restos hoy en día se han vuelto un símbolo del progreso social. Visitá el reloj Weltzeituhr (hora mundial), coronado con un modelo del sistema solar, luego viajá en el tiempo al cenar en el histórico Zur Letzten Instanz, un restaurante del siglo XVI que solían frecuentar Napoleón y Beethoven.

Madeira, llamada “La Perla del Atlántico”, es un frondoso paraíso montañoso y la joya de la corona de las islas Madeira. La isla, formada por erupciones volcánicas tiempo atrás, ofrece abundantes aventuras, como senderismo por Pico Ruivo, el pico más alto de la isla, a unos 1800 m de altura. En la orilla las aguas son tan azules que las ballenas algunas veces nadan cerca de la tierra. En Funchal, la capital, conviven 100.000 personas, una extraordinaria cultura y atracciones como la Sé (Catedral) del s.XV y el Museu da Quinta das Cruzes.

Si querés bajarte de un avión y estar 15 minutos después en un megaresort, Jericoacoara probablemente no sea para vos. Pero si querés una ciudad con playa de belleza natural intacta, no enloquezcas si vas rebotando por las calles sucias y desprolijas una hora para llegar: es probable que creas estar en el paraíso. Kitesurfing, windsurfing, Capoeira, y, por supuesto, tomar sol en la playa son las actividades más populares.

Este pueblecito enclavado en el lago Vembanad es un auténtico paraíso, cuyo paisaje está salpicado de las tradicionales casas de Kerala, de gran belleza; sencillas y acogedoras. Desde Kumarakom, puedes darte un paseo tranquilo por el campo para observar a sus gentes trabajando en el campo. No te pierdas la Reserva de Aves de Jumarakom que alberga toda una serie de aves exóticas.