Mar del Plata, el principal centro turístico de playa de Argentina, presenta 16 kilómetros de playas que van de La Perla en el norte, perfecta para familias, a la popular Bristol en el centro y la sofisticada Faro en el sur. Independientemente de la playa, preparate para ver muchísima gente, particularmente en el verano. La que una vez fue un enclave para un grupo selecto, ahora atrae a visitantes de todas las clases.

Cartagena, un precioso pueblo pesquero en la costa caribeña de Colombia, cuenta con excelentes playas, un casco histórico antiguo (que se puede recorrer enteramente a pie) y una hermosa arquitectura colonial. Además, es uno de los lugares más seguros del país, y por eso no es extraño que Cartagena sea un enclave popular para muchos cruceros. ¿Estás cansado de explorar las calles de adoquines? Relajate y tomá un descanso en alguno de los cafés al aire libre y disfrutá de sus excelentes pasteles que podrás comerte allí mientras mirás a la gente pasar.

Ciudad del Cabo brilla al sur del continente africano. La playa de Blaauwberg y los Jardines Botánicos Nacionales Kirstenbosch con vistas de folleto turístico se encuentran a una corta distancia en automóvil de la “Ciudad Madre”. La Reserva Natural del Cabo de Buena Esperanza ofrece amplias vistas del mar, rutas para senderismo y encuentros con la vida salvaje. En un recorrido sombrío, los viajeros pueden visitar Robben Island, la prisión donde Nelson Mandela permaneció por 27 años.

A la orilla de Miami Beach, el viajero puede nadar, hacer surf e ir en moto acuática por las cristalinas y cálidas aguas atlánticas. También se puede dormitar en la blanca arena, broncearse o sencillamente observar a la gente de buen ver (especialmente en South Beach, favorita entre los famosos y los modelos).

Las Leñas (cerca de Mendoza), que puede jactarse de tener las pistas de esquí extremo más desafiantes de toda Latinoamérica y una de las más largas del mundo de nivel intermedio, ofrece en total 27 pistas de todos los niveles de dificultad, así como un estadio de eslalon y unas zonas fuera de pista inmejorables. Entre la cima y la base hay un desnivel de 1219 m.

En Manta tendrás de todo: playas de primera categoría, cultura, historia y algunos de los mejores mariscos de tu vida. Empieza en Playa Murciélago, donde la mayor parte de la ciudad se reúne a diario para jugar al voleibol, tomar el sol y disfrutar de puestas de sol de otro nivel. Combina estas actividades con un poco de ceviche (algo que aquí es prácticamente una manifestación artística) en un quiosco junto a la playa y prácticamente no necesitarás nada más. Para disfrutar de un poco de cultura local (y más marisco), pásate por El Mercado Central, donde podrás elegir y asar tu propio pescado, o por el Museo del Banco Central para disfrutar de un sólido curso intensivo de historia ecuatoriana. Cuando quieras alejarte de las rutas turísticas más concurridas, dirígete a la playa de Los Frailes por sus aguas turquesas y las vistas dignas de fotografiar que se aprecian desde los acantilados. Está a una hora de Manta, pero merece la pena el viaje.

Compuestas por St. Croix, St. John y St. Thomas, las retiradas Islas Vírgenes Estadounidenses ofrecen restaurantes sofisticados, aguas turquesa y poblaciones pintorescas. En St. Croix, los vistosos edificios daneses de la época colonial de Christiansted proporcionan un marco maravilloso para comer y practicar la vela. Los jardines subacuáticos de coral son un paraíso para los buceadores. En St. Thomas, la meca de las compras, Charlotte Amalie, posee también una animada vida nocturna. St. John, más pacífica, ofrece tranquilos senderos calas recónditas y las bulliciosas tiendas y bares de la bahía Cruz. Existen transbordadores y vuelos internos que comunican entre sí las islas.