Con sus playas de suave arena o finos guijarros, senderos silvestres para recorrer a pie y faros históricos, Rockport puede ser el lugar perfecto para sentarse y componer esa magnum opus, escribir su novela o pintar su obra maestra. Las aguas que rodean Cape Ann ejercen una gran atracción sobre buceadores, amantes del kayak y marineros que desean explorar la bahía. En sus viajes en barco, verá ballenas o frailecillos; haga excursiones a pie por las tierras inexploradas de Halibut Point o los imponentes cabos (Headlands). Encuentre la inspiración en los claros y riscos de Cape Ann.

Las aguas del Atlántico rompen en una costa diseminada de puertos pintorescos, playas azotadas por el viento, magníficas dunas y faros que centellean en la noche. Explore Cape Cod National Seashore, pasee en bicicleta por los terrenos pantanosos diseminados de arándanos de Rail Trail o camine por Sandwich, la ciudad más vieja de Cabo Cod. Muchas zonas son auténticas joyas desde el punto de vista arquitectónico y gastronómico, con playas procedentes de la dureza del clima, residencias de marinos balleneros, chiringuitos especializados en la sopa de almejas de la zona y encantadores y refinados restaurantes. No deje de visitar la institución oceanográfica Oceanquest, en Woods Hole, la célebre isla de Martha’s Vineyard o la bonita y animada ciudad de Provincetown.

En efecto, llegar hasta aquí es toda una aventura. No obstante, los turistas llevan años subiéndose al ferry que les lleva a esta diminuta isla situada a poca distancia del cabo Cod y que sigue siendo uno de los destinos más populares y pintorescos de Nueva Inglaterra. Entre los pueblos de la isla, seguro que encuentra el Vineyard (viñedo) ideal para sus necesidades. Edgartown, con sus casas de estilo griego que datan de la era de las ballenas de principios del siglo XIX, es un pueblo costero con tiendas de primera calidad y unas magníficas vistas del puerto. El "pueblo playero" de Oak Bluffs cuenta con el tiovivo Flying Horses, un salón recreativo y un paseo marítimo, además de la historia y el encanto de las casas de "pan de jengibre" de los campamentos metodistas. Vineyard Haven ofrece a los visitantes una mezcla de ambos. Si desea relajarse, Chilmark/Aquinnah es el lugar ideal para olvidarse de todo. En temporada baja, la isla es más tranquila y está menos frecuentada, pero la costa sigue siendo igual de bonita. Si la visita, olvídese del coche. Los taxis abundan y siempre encontrará uno al bajar del ferry dispuesto a llevarle a su destino. La mayoría de los visitantes prefiere explorar la isla en bicicleta, ciclomotor o autobús.

¡Miami es muy caliente! Y no solo por el sofocante clima. Aquí, la vida nocturna es abrasadora, gracias a una fuerte influencia latina y la cultura caliente de la salsa. Bailá toda la noche en un club nocturno, o disfrutá de una comida de lujo en uno de los restaurantes propiedad de alguna celebridad de la ciudad. Durante el día, andá a la playa, por supuesto, o da un paseo para disfrutar de la colorida arquitectura art decó de Miami. Probá un sándwich cubano en La Pequeña Habana y luego subite al carrusel de la vendimia en Virginia Key Beach Park.

Entre los mejores destinos de golf del mundo, Punta Cana es la viva imagen del ocio. Varios de los campos fueron diseñados por golfistas profesionales, para ofrecerte el desafío relajante perfecto que deseás para tus vacaciones de golf. Las playas son simplemente perfectas: tranquilas y cálidas aguas que bañan suavemente kilómetros de arena blanca y fina. Emocionate con una aventura en tirolesa, acompañá con las palmas la música tradicional dominicana en un espectáculo cultural o explorá las mágicas lagunas de la Reserva Ecológica Ojos Indígenas.

Las joyas de la corona, Buckingham Palace, Camden Market… En Londres, la historia se superpone con el arte, la moda, la comida y la buena cerveza británica. Un día perfecto es diferente para cada uno: los cazadores de cultura no deberían perderse el museo Tate Modern y en el Royal Opera House. A los fanáticos de la ropa se les va a hacer agua la boca en las tiendas de Oxford Street. Para los gourmets, un té con crema en Harrod’s o un pescado crocante en una pescadería adecuada ofrece el clásico sabor londinense. Los amantes de la música y los libros se van a volver locos en Abbey Road y el Museo de Sherlock Holmes (en 221B Baker Street, por supuesto).

Tantos edificios en Madrid parecen castillos que te va a parecer que estás en un cuento de hadas. Incluso el Ayuntamiento es asombroso, con sus pináculos blancos y sus detalles neogóticos. Un tour arquitectónico autoguiado puede comenzar en la grandiosa estatua del oso y el madroño en la Puerta del Sol. Recorré el extravagante Palacio Real antes de absorber la belleza natural del Parque del Retiro, luego visitá alguno de los muchos museos de la ciudad. Podés terminar felizmente cada día picando una paella mientras probás un vino español de la zona de La Rioja.

A una hora o dos al sur de Recife, Porto de Galinhas está hecho para el turista al que no le gustan los extremos. Un viajero comenta con entusiasmo: “lo que hace que sea genial es lo que no tiene: no hay un tráfico denso, ni vida nocturna". Explora las piscinas naturales que se forman entre el arrecife, y da de comer a los peces que nadan a tu alrededor; si lo prefieres, puedes montar en un todoterreno hasta la romántica playa de Muro Alto. También puedes saltarte todo esto y dormitar en una hamaca junto al verdoso y cristalino océano Atlántico.

Roma tampoco se puede recorrer en un día. La ciudad parece una gran sala de exposición de un museo gigante al aire libre, un collage de plazas auténtico, mercados abiertos y sitios históricos alucinantes. Tirá una moneda en la Fontana di Trevi, quedate con la boca abierta en el Coliseo y el Panteón, y recargá tu energía con un capuchino para pasar una tarde de shopping en el Campo de’Fiori o Via Veneto. Zambullite en un plato de pasta fresca, algunos suculentos alcauciles fritos o un tierno guiso de rabo de buey para disfrutar de las mejores comidas de tu vida.

Situada en las Tres Fronteras, donde se juntan Brasil, Paraguay y Argentina, Puerto Iguazú se conecta con Brasil por el puente Tancredo Neves. Alberga el Museo Imágenes de la Selva, el Museo Mbororé, un centro de rehabilitación de aves y el famoso Parque Nacional Iguazú. El Parque Nacional posee 275 cascadas, incluidas las mundialmente conocidas cataratas del Iguazú, con 82 metros de altura. El clima es subtropical, por lo que es templado en invierno y caluroso en verano, con temperaturas de hasta 40 °C.

Si existiera la “economía en la playa”, Búzios sería su Wall Street. Sus más de 20 playas, las galerías de primera clase, los clubes y las boutiques atraen a un grupo selecto de viajeros. Los surfistas aman la playa Geriba, los practicantes del snorkeling disfrutan de Ferruda, la moderna playa Ossos cuenta con cafés de primer nivel al lado del mar y la playa Ilhabela es para distenderse y tener una experiencia más realista en Búzios.

Solo hace falta una visita a los Yorkshire Dales para entender por qué esta zona rural virgen es el marco de tantas novelas. Entre los lugares de interés que hay que visitar por los frondosos bosques y los extensos páramos de la zona se encuentran Hardraw Force (la cascada de una sola caída más larga del norte de Inglaterra), Gordale Scar y la conocida cordillera de los Tres Picos. Los visitantes menos aventureros pueden estar tranquilos, ya que pueden pasear por los cuidados jardines de Parcevall Hall o admirar la arquitectura medieval del castillo de Skipton. Aunque algunos prefieren disfrutar de la belleza salvaje de esta tierra a pie o a caballo, la forma más popular es a través de una de las famosas rutas ciclistas del parque.