Totalmente rodeada por montañas rocosas, Banff ofrece una combinación irresistible de nieve en polvo perfecta, alojamientos de lujo, exquisita comida y una activa vida nocturna. Su encanto también se debe a la emocionante movida artística y proximidad al lago Louise y parque Kananaskis Country. No te pierdas las hoodoos o chimenea de hadas, fascinantes torres rocosas, del Parque Nacional Banff.

Otrora un destino para lunas de miel locales y vacaciones para la familia, las Cataratas del Niágara ahora se convirtieron en un destino vacacional lleno de acción. Las cataratas son literalmente la mayor atracción: ver el agua espumosa caer a velocidades alarmantes puede ser absolutamente cautivante. Cubrite con un poncho y saltá a bordo del Maid of the Mist para hacer un crucero tan cerca de las cataratas que te vas a empapar con el rocío. En la arteria principal de Clifton Hill encontrás atracciones turísticas excepcionales e innumerables opciones de restaurantes.

Conquistar Nueva York en una visita es imposible. Por eso, visitá lo imperdible: el edificio Empire State, la Estatua de la Libertad, el Central Park, el Museo de Arte Metropolitano; y luego explorá lo menos conocido con visitas a The Cloisters o a una de las bibliotecas de la ciudad. Disfrutá de las tiendas bohemias del West Village o la fina gastronomía del Upper West Side. El bullicioso mercado de la estación Grand Central te da un sabor literal de lo mejor que la ciudad tiene para ofrecer.

El diminuto parque nacional de Pembrokeshire Coast, una zona de 583 km2 al suroeste de Gales, fue reconocido como parque nacional en 1952 y comprende una gran parte de la costa de Pembrokeshire, así como sus islas, y las colinas de Mynydd Preseli. Escarpados acantilados y formaciones de roca costeras sirven de hogar a una ruidosa población de gaviotas, delfines, ballenas y focas. Monta en bicicleta, haz senderismo o navega en kayac por su espectacular costa. También son populares el avistamiento de aves y la escalada.