La cuna del tango es, como la danza en sí, cautivante, seductora y bulliciosa con vibrante energía. Los antiguos barrios evocadores están repletos de restaurantes románticos y emocionante vida nocturna, y la herencia europea es evidente en la arquitectura de Buenos Aires, en sus bulevares y en sus parques. El Café Tortoni, el bar más antiguo de la ciudad, te transportará a 1858, y el sensacional Teatro Colón sigue causando el mismo efecto en el espectador que en 1908. La capital de las compras de Latinoamérica ofrece la promesa de una lujosa terapia de compras por sus amplios bulevares.

Santiago forma parte de esos placeres metropolitanos donde cuanto más ves, más encontrás. Los cafés funky y los clubes nocturnos salpican Bellavista, colecciones de arte del parque forestal van desde la era precolombina a la contemporánea, y la arquitectura cubre el espectro desde la iglesia San Francisco del siglo XVI hasta las torres de oficinas con vidrios espejados. Comprá con los lugareños en el Mall Panorámico y probá inolvidables sabores con la suculenta comida chilena.

En la base de los Andes, San Carlos de Bariloche es un destino para esquiar mundialmente famoso, establecido en un paisaje que ofrece todas las maravillas naturales de Argentina. Los visitantes pueden experimentar la nieve, los lagos y las tranquilas playas, junto con vibrantes clubes nocturnos y cocina gourmet. Durante todo el año, la zona es sede de varios festivales de música, exhibiciones de arte, exposiciones y convenciones.

El esplendor inca y el barroco andino están lado a lado en las calles de piedra de Cusco, representados por el palacio Coricancha y la iglesia de Santo Domingo flanqueando la Plaza de Armas. En este crisol de altas alturas de la cultura amerindia y mestiza, encontrarás telas extraordinarias, animados festivales de verano y maravillas arqueológicas.

Tamarindo es un lugar perfecto para el surf y la pesca deportiva, el buceo y el nado. Desde octubre hasta mayo, las tortugas canal forman nidos por las playas y, para que vos hagas lo tuyo, hay preciosas casas, B&Bs y lujosos hoteles en las playas soleadas. Hay muchas opciones geniales para ir de shopping y a cenar, ideales para conocer los verdaderos sabores de Costa Rica.

Las ruinas mayas se elevan por encima del mar en Tulum, dándote un vistazo de la historia mientras tomás sol. La antigua ciudad amurallada fue una de las últimas en ser construida por los mayas, y sus sitios arqueológicos están increíblemente bien conservados. Tomá un descanso de la playa para visitar El Castillo, el Templo de los Frescos y el Templo del Dios Descendente. Explorá un río subterráneo bajo un dosel de estalactitas en las cavernas sagradas del parque ecológico LabnaHa, o sumergite en Cenote Dos Ojos para bucear en el interior de cuevas en el medio de un bosque.

La ciudad de México, que surge de las ruinas de la capital Azteca, Tenochtitlan, ofrece una combinación única de vida contemporánea y preservación histórica. Los museos, restaurantes y parques de primer nivel compiten con los remanentes de varias culturas. Por más que no sea tu estilo de viaje, no podés dejar de lado la vida nocturna, los centros comerciales y la historia.

Apodada la “Ciudad reina”, Charlotte reina sobre un revoltijo de 300 millas cuadradas (482 kilómetros cuadrados) de barrios que se desparraman desde las orillas del río Catawba. Con sus distritos artísticos llenos de cervecerías y pasillos históricos rebalsados de encanto, enseguida verás por qué Charlotte satisface a las multitudes.

El cerro Aconcagua, la cumbre más alta del hemisferio occidental, domina esta tranquila capital, que comparte nombre con la provincia de Cuyo, en la que reside. Aunque atrae a un buen número de viajeros en busca de aventura, maravillados por las oportunidades de practicar alpinismo, senderismo y rafting a poca distancia en coche del centro, Mendoza también es querida por los enófilos que van a degustar sus caldos, especialmente el Malbec. Las visitas y las catas en los más de mil viñedos de la zona son una de las principales atracciones de la región.

Escápate a Daytona Beach y descubre un destino que ofrece aventuras para todas las edades, ya sea que quieras pasear por los 37 km de playas de arenas blancas casi sin gente o descubrir algo nuevo en el muelle de la Main Street. Empieza tu día llenando tus pulmones del aire salado del mar con un tour de surf de remo o dando una vuelta en el famoso autódromo Daytona Beach International Speedway a toda velocidad. Luego, puedes conocer algo de la cultura local en el Riverfront Shops y en el fantástico Museo de las Artes y las Ciencias (MOEA).