La provincia de Kanchanaburi, al este de Tailandia, es una de las más bellas del país, con impresionantes cuevas, selvas, ríos y parques nacionales como el Erawan, donde se encuentra una de las cascadas más espectaculares. El principal sitio de interés turístico es el trágicamente famoso puente sobre el río Kwai, parte del “ferrocarril de la muerte” construido durante la II Guerra Mundial para unir Tailandia con Myanmar.

Palacios dorados, mercados flotantes, majestuosos chapiteles de porcelana… ¿es un mágico cuento de hadas? Casi. Es Bangkok. La ciudad capital de Tailandia se divide en 50 distritos únicos. Recorré Pratunam o la Plaza Siam para hacer el mejor shopping, luego relajate en los jardines con estilo europeo de Dusit. Thon Buri es la ciudad del sorprendente templo Wat Arun, y en Phra Nakhon vas a encontrar el templo Wat Pho del Buda Reclinado. Saboreá un arroz con mango en un puesto de comidas antes de disfrutar del esplendor dorado del Gran Palacio.

Si con solo mencionar Mykonos no te vienen a la mente imágenes de edificaciones de un blanco brillante, cielos turquesa y cuerpos bronceados que descansan en las playas de arenas doradas, vivís en una cueva. La isla griega más conocida del Mar Egeo está completamente relacionada con la energía y atrae a una multitud heterogénea y exclusiva que crece en su vida nocturna con mucho estilo. Durante el día, se puede tener un poco de privacidad en las playas del norte más retiradas, pero en las playas del sur todo es fiesta. Se puede esquiar, andar en motos acuáticas, practicar windsurf y paralelismo, pasear a caballo, o también podés ahorrar energía para la noche, como hace la mayoría de los viajeros en Mykonos.