Corfu está repleto de casas encaladas, iglesias bizantinas y restos de fuertes venecianos y templos griegos. Recorré las calles antiguas de la aldea romana de Kassiopi o explorá la explanada central del epónimo pueblo de Corfu. Para vivir una experiencia de spa casera, cubrite con barro mineral en las orillas del Canal D’Amour. Según la leyenda, la cascada de las Ninfas atraía a las bellezas mitológicas de su mismo nombre, quienes se acercaban en grupo para bañarse en estas aguas prístinas.

La mayoría de los turistas aún no han descubierto San Vito lo Capo, así que si estás buscando un destino de playa discreto y genuinamente italiano, ya estás tardando en reservar tu viaje a este pueblo costero siciliano. El clima es mejor durante los meses de verano, pero puede que los gourmets quieran aguardar hasta septiembre, cuando San Vito Lo Capo acoge su Festival Anual del Cuscús.

Con una envidiable ubicación entre el mar Adriático y las montañas de Eslovenia, Trieste es una ciudad italiana cuya comida, arquitectura e historia tienen la esencia del Este. Agregá castillos costeros a los resorts de playa bañados por el sol, y tendrás una de las escapadas de playa más cultas de Europa.

Los viajeros visitan la ciudad portuaria de Marsella, la tercera ciudad más grande de Francia, por su combinación de estilo e historia. La bahía, flanqueada por el fuerte de Saint Nicolas y el fuerte de Saint Jean alberga el Castillo de If, del famoso Conde de Montecristo. Observadas desde la basílica Notre-Dame-de-la-Garde, las zonas peatonales y las áreas de compras de la ciudad (incluido el colorido barrio francoafricano) se mezclan con los lugares históricos. Los viajeros que buscan diversión van a OK Corral, un parque de diversiones temático de vaqueros.

Hay muchas razones diferentes para agregar al Parque Nacional Yala a tu lista de lugares imperdibles: la oportunidad de hacer un safari y ver a un jabalí o al majestuoso leopardo de Sri Lanka, los senderos serpenteantes y el hecho de que en algunos lugares este parque toca el Océano Índico. Sin embargo, dos de las razones más populares para visitarlo son Sithulpauwwa, un templo budista de roca, y Magul Maha Viharaya, donde las leyendas cuentan que un antiguo rey se casó con una princesa abandonada. La historia y los artefactos que se encuentran aquí te transportarán a tiempos remotos.

El Monte Tauro como pedestal, dos espléndidas bahías al fondo, en la lontananza el Volcán Etna y más de ciento sesenta kilómetros de Mediterráneo ante ti… ¿Alguien da más? En este maravilloso paisaje se extiende Taormina, una legendaria ciudad turística siciliana. Recorre sus calles serpenteantes y visita el teatro griego del siglo II, en el que se han inspirado las obras de D.H. Lawrence y Truman Capote. Para ir a sus playas móntate en el teleférico, y para contemplar vistas panorámicas, anímate y sube hasta la iglesia de San José en Castelmola.

Viareggio, la ciudad principal de la zona de Versilia, al norte de la Riviera Toscana, se originó como pueblecito medieval de pescadores, para más tarde ganar reconocimiento por sus astilleros. A mediados del siglo XIX, la ciudad se convirtió en un destino de playa, algo que permanece hasta nuestros días. En la actualidad, a la gente le encanta esta ciudad por sus largas playas, pinares, fantásticas tiendas y vida nocturna animada. También acoge el famoso carnaval de Viareggio, que se remonta a finales del siglo XIX, y es uno de los más importantes de Europa

La Riviera francesa conserva el sabor de la Belle Époque gracias a sus playas soleadas que parecen interminables, sus ciudades con encanto, sus suntuosos yates y sus famosos visitantes. La mayoría de las localidades se recorren mejor a pie, pero para desplazarse entre pueblos y ciudades es mejor utilizar la económica y fiable red de ferrocarriles. Lugares de fábula como Saint-Tropez, Niza, Cannes, Antibes, Villefranche-sur-Mer y Saint-Jean-Cap-Ferrat atraen a los viajeros a la estela de Picasso, Matisse y Bizet. Más de cien museos y 150 galerías mantienen viva la tradicional llama artística de la región.