Su ubicación alta en la Cresta Mantiqueira te asegura brisas frescas y excelentes vistas de Monte Verde, cuyas casas de estilo europeo le dan al lugar un encanto de pueblo alpino. Las rutas para practicar senderismo se extienden en todas las direcciones, atrayendo tanto a lugareños como a visitantes a sus frondosos pinos, sus cimas rocosas y sus cataratas.

Gran parte del encanto de Morro de Sao Paulo reside en su mezcla de hoteles y restaurantes nuevos y modernos y de hostales y tabernas destartalados. Esta isla, de ambiente relajado y por la que no circulan coches, tiene solo una carretera y un puñado de playas. Es un lugar ideal para olvidarse de todo.

La mitad pequeña de Trinidad y Tobago, esta isla de 300 km², es uno de los principales destinos de turismo ecológico. Sus selvas tropicales están protegidas desde 1776. Haz Kayac por los pantanos de mangle, recorre en mountain bike los senderos del noreste de la isla, bucea sin rumbo fijo con mantarrayas y tiburones, haz senderismo por la Reserva de la Selva Tropical o disfruta de las carreras de cabras y cangrejos típicas de Tobago. Coches, taxis y “maxi taxis” te facilitan el moverte por la isla. El Carnaval muestra la cara más extrovertida de esta exuberante isla.

A la orilla de Miami Beach, el viajero puede nadar, hacer surf e ir en moto acuática por las cristalinas y cálidas aguas atlánticas. También se puede dormitar en la blanca arena, broncearse o sencillamente observar a la gente de buen ver (especialmente en South Beach, favorita entre los famosos y los modelos).

La ciudad de México, que surge de las ruinas de la capital Azteca, Tenochtitlan, ofrece una combinación única de vida contemporánea y preservación histórica. Los museos, restaurantes y parques de primer nivel compiten con los remanentes de varias culturas. Por más que no sea tu estilo de viaje, no podés dejar de lado la vida nocturna, los centros comerciales y la historia.