Encaramada en el extremo norte de la costa oeste menos viajada de Sicilia, Trapani tiene un alma mediterránea del viejo mundo. Los viajeros se acercan a ver las tradicionales salinas y las pescaderías de atún, junto a su bahía en forma de media luna, y para tomarse el ferry a las islas Egadas cercanas.

Palermo es un crisol urbano caracterizado por una historia y una cultura tan diversas que a menudo parecen en conflicto. Descubre una interesante variedad de estilos arquitectónicos, desde cúpulas árabes hasta edificios barrocos, y disfruta de una cocina deliciosa con orígenes diversos. No te pierdas el Palacio de los Normandos, la Capilla Palatina y la iglesia de San Juan de los Ermitaños. Los amantes de la música y el arte no pueden dejar de visitar la Galleria d’Arte Moderna (la “GAM”) y el Museo Antonino Salinas o ir a ver una ópera o un ballet al Teatro Massimo.

Gracias a su historia volcánica, la isla de Ustica ofrece excelentes oportunidades para hacer buceo de profundidad. Lugares notables incluyen Scoglio del Medico y Grotta dei Gamberi. Los que practican snorkeling pueden explorar la Grotta Azzurra, la Grotta Verde y la Grotta delle Barche. Hay cantidades de centros de buceo que pueden ofrecer tours guiados a todos estos puntos ideales. Una vez fuera del agua, conocé las ruinas prehistóricas de una gran ciudad que se remonta a la Era del Bronce. Las casas en la plaza principal están decoradas con murales coloridos, lo que le da a toda la ciudad una vibra artística.

Las mezquitas, bazares y baños turcos de Estambul podrían mantenerte felizmente ocupado durante todo tu viaje: una imagen impresionante de arquitectura por aquí, un regateo afable por una alfombra por allá. Empezá tu viaje en el imponente Sultan Ahmet Camii (Mezquita Azul), que puede verse desde muchos puntos de la ciudad. Paseá por el puente Gálata y detenete en el Parque Miniaturk para ver sus diminutos artefactos. El Gran Bazar tiene miles de tiendas para recorrer, mientras que el Bazar Egipcio es un tesoro fragante de especias y frutas.

Las cúpulas doradas, las imponentes fachadas blancas y los espacios verdes con paisajismo dominan las calles ribereñas de Rostov del Don. Aunque es rica en historia y cultura, la ciudad portuaria dista de ser una reliquia: los mercados, los teatros y las atracciones deportivas le dan un toque moderno a esta metrópolis.

La ciudad costera más grande de Namibia es una gran atracción para los que viajan de todo el mundo para divertirse y los que van para descansar. Este resort junto al mar muestra sus orígenes alemanes con una arquitectura colonial de estilo europeo, lo que crea una yuxtaposición que no concuerda con el paisaje del desierto de Namib. Paseá en moto o hacé sandboard en las dunas, cená y bebé en un restaurante pintoresco frente a la costa o, simplemente, maravillate con las plantas y los pájaros inusuales que habitan la región.

No tenés que elegir entre visitar una capital cultural o una playa caribeña a pleno sol: San Juan tiene todo eso. La arquitectura de la ciudad va de la época colonial española al art decó del siglo XX, mientras que el nuevo Museo de Arte de Puerto Rico presenta obras latinoamericanas y caribeñas en galerías de vanguardia.