La cuna del tango es, como la danza en sí, cautivante, seductora y bulliciosa con vibrante energía. Los antiguos barrios evocadores están repletos de restaurantes románticos y emocionante vida nocturna, y la herencia europea es evidente en la arquitectura de Buenos Aires, en sus bulevares y en sus parques. El Café Tortoni, el bar más antiguo de la ciudad, te transportará a 1858, y el sensacional Teatro Colón sigue causando el mismo efecto en el espectador que en 1908. La capital de las compras de Latinoamérica ofrece la promesa de una lujosa terapia de compras por sus amplios bulevares.

El nombre lo dice todo: Belo Horizonte, que en portugués significa “bello horizonte”, goza de vistas privilegiadas de las montañas circundantes. Se construyó hace cerca de un siglo como una ciudad planificada, con calles arboladas dispuestas en un diseño urbanístico ortogonal. Descubre la arquitectura moderna brasileña del barrio de Pampulha, relájate en el Parque das Mangabeiras o date un capricho tan terapéutico como disfrutar a lo grande yendo de compras. Tómate un cóctel de ron y cachaza bien fresquito o híncale el diente a una buena ración de carne en un restaurante-barbacoa brasileño tradicional.

Las animadas Antigua y Barbuda se mueven al son de la música de los tambores metálicos. Es posible visitar una playa diferente cada día del año, motivo por el que turistas y famosos se concentran en esta isla caribeña bañada por el sol. Haz un crucero de un día, alquila un equipo de buceo o sube la playa en un Segway si lo que quieres es una auténtica aventura estilo isleño.

¡Miami es muy caliente! Y no solo por el sofocante clima. Aquí, la vida nocturna es abrasadora, gracias a una fuerte influencia latina y la cultura caliente de la salsa. Bailá toda la noche en un club nocturno, o disfrutá de una comida de lujo en uno de los restaurantes propiedad de alguna celebridad de la ciudad. Durante el día, andá a la playa, por supuesto, o da un paseo para disfrutar de la colorida arquitectura art decó de Miami. Probá un sándwich cubano en La Pequeña Habana y luego subite al carrusel de la vendimia en Virginia Key Beach Park.

Cada año miles de grupos de onda, admiradores y fanáticos acérrimos acuden a Austin para el festival South by Southwest, que ha incorporado a la ciudad de Texas en las listas de visita obligada para muchos de los viajeros. El edificio del Capitolio de piedra arenisca es un símbolo de la mentalidad “cuanto más grande, mejor” de Lone Star State, con una magnífica rotonda en galería y 9 hectáreas de terreno. Refrescate con una zambullida en Barton Springs, una enorme piscina natural de piedra caliza que se nutre de fuentes subterráneas.

Con más de 16 kilómetros de arena, no es de extrañar que la playa sea el pasatiempo preferido en Nags Head. Esta población de Outer Banks, al sur de Kitty Hawk, ofrece a los enamorados del océano todo tipo de deportes costeros, desde vela y kayak, hasta practicar snorkeling alrededor de naufragios, o ir en ala delta sobre las dunas del Jockey's Ridge State Park. Adéntrate en el pasado con un paseo por el barrio histórico y disfruta de la arquitectura inconfundible de la zona.

Descubre un capítulo esencial de la historia de Estados Unidos en las calles adoquinadas, los paseos por el río y los monumentos de Richmond. Originalmente un asentamiento colonial, la capital de Virginia ahora es un centro floreciente cultural e ideal también para ir de compras y divertirse al aire libre. Explora la historia de la Guerra Civil en el museo American Civil War Museum, camina junto al canal por el centro o pon a prueba tu valor haciendo rafting por los rápidos del río James. Con vecindarios animados y una escena gastronómica vibrante, Richmond es ideal para tomarse un pequeño descanso o para hacer una escapada extendida.