Hollywood atrae a los turistas que anhelan un roce con el glamour de Tinseltown. Visitá los estudios de cine, pasá las manos por las huellas de los famosos en el TCL Chinese Theatre o disfrutá de ver a las celebridades en uno de los locales nocturnos al rojo vivo de Los Ángeles. Detectá a tu estrella favorita mientras estás de shopping en The Grove u olvidate de todo lo relacionado con la dulce fama mientras disfrutás de las icónicas obras de arte en The Getty Center. Para otro tipo de contemplación de estrellas, mirá a través de los telescopios del Observatorio Griffith.

La Paz, como capital de Baja California Sur, se usa en su mayoría como punto de inicio para llegar a los resorts de playa de Cabo San Lucas. Sin embargo, su encanto del viejo mundo y su agradable paseo junto al mar con arte internacional y restaurantes que miran hacia las aguas habitadas por ballenas grises son razones para que valga la pena quedarse.

No te saltes la siesta en Acapulco, porque necesitarás horas de sueño: no dejarás de bailar desde la medianoche hasta que salga el sol. Sus numerosos clubs mantienen la marcha nocturna, mientras que la bahía de Acapulco y sus playas ofrecen a gente guapa el sitio perfecto para broncearse durante el día. Extraordinarios restaurantes y excepcionales deportes acuáticos hacen que tu estadía sea inolvidable.

Puebla vive en las sombras del volcán Popocatépetl, lo que proporciona un telón de fondo espectacular en uno de los Pueblos Mágicos de México. Caracterizada por sus coloridas construcciones con azulejos talavera y aclamada como el lugar de nacimiento del mole poblano, Puebla es México en su máxima expresión.

Bienvenido al animado San José, donde el vanguardista Silicon Valley se mezcla con la historia española y los edificios modernos se intercalan con edificios del siglo XIX meticulosamente restaurados. Tal es el contraste de esta ciudad, rica en tradición y, gracias a la industria tecnológica, rica en el sentido propio de la palabra. Hoteles de cinco estrellas y excelentes restaurantes pueblan las calles del restaurado centro, y su escena cultural cuenta con museos, teatro y arte. No se pierda el Museo Tecnológico de la Innovación, una exploración de Silicon Valley y su impacto en la zona. Los aficionados a la historia pueden visitar las antiguas mansiones y ahondar en el pasado de la ciudad en el Museo de Historia de San José. Guarde un poco de tiempo para jugar al golf o practicar el otro pasatiempo preferido de la zona: tomar café observando la vida pasar.

Los viñedos, los vinos y los apasionados de los buenos caldos son fundamentales para la economía del Valle de Napa. Pero el valle reserva otras delicias para los amantes del paladar, como sus aceites de oliva, tomates, quesos y mostaza. También se cultiva el resto de los sentidos, con un activo panorama de artes visuales. Alquile un coche o reserve un taxi o una limusina para llegar sin problema alguno a los lugares de su interés. El Napa Valley Wine Train es una manera diferente de apreciar al mismo tiempo las vistas y las cosechas de la tierra. Una relajante oferta de balnearios y baños de lodo, así como el géiser Old Faithful, son lugares destacados de Calistoga.

Reno, la otra ciudad turística y de juegos de azar de Nevada, está situada en la parte oeste del estado, cerca de la frontera con California. Todo el relumbrón o reputación que le falta a la ciudad se compensa con grandes atracciones y servicios. Hay campos de golf, casinos y hoteles de primera clase comparables a los de su equivalente del sur, y, al igual que Las Vegas, Reno se ha convertido en un popular destino familiar. El Galena Creek Park ofrece senderos naturales que pueden ser recorridos incluso por los más pequeños, además de acontecimientos educativos pensados para toda la familia.

La creciente Universidad de Wisconsin marca el ritmo de esta ciudad universitaria de cafés, librerías, cervecerías, restaurantes (tan numerosos que ninguna otra ciudad de Estados Unidos tiene tantos per cápita) y una gran cantidad de atracciones históricas y culturales. Sensacionales canales glaciales hacen que la Ciudad de los Lagos sea una de las capitales de estado más pintorescas del país. Sus más de 250 parques ofrecen a residentes y turistas un montón de zonas de ocio. Si visita el campus, asegúrese de probar el famoso helado Babcock en el Memorial Union o el Babcock Hall, antes o después de visitar la colección de antigüedades egipcias, romanas y griegas del Museo de Arte Elvehjem. Y para introducirse de pleno en el espíritu universitario, vaya a los restaurantes étnicos de la calle State Street. Asegúrese de probar el delicioso bocadillo de bratwurst, hecho con pan artesanal, de State Street Brats, el preferido por los estudiantes. Al final de State Street, el Capitolio de granito blanco y estilo renacentista domina el horizonte y ofrece una plataforma de observación que permite disfrutar de unas hermosas vistas de la ciudad y los lagos.

El Parque Nacional de las Grandes Montañas Humeantes, el más visitado de los Estados Unidos, comprende 2071 km2 de bosques protegidos a lo largo de las fronteras de Carolina del Norte y Tennessee. En su corazón se encuentra Gatlinburg, el punto ideal desde el que explorar los cientos de rutas de senderismo del parque, practicar rafting, pescar, montar a caballo, observar la fauna de la zona o embarcarse en las numerosas aventuras al aire libre que se nos presentan. Después de escalar las montañas, suba 124 m en ascensor hasta la cima de la Aguja Espacial de Gatlinburg para disfrutar de unas vistas de las Humeantes y de todo el contorno que le dejarán sin aliento. A los más jóvenes les encantará el centro de ocio que hay al lado de la Aguja, lleno de ingeniosas atracciones y juegos. Tampoco falta la diversión familiar entre las encantadoras criaturas del Ripley's Aquarium, donde podrán tocar una raya o quedarse pasmados ante una laguna llena de tiburones. Los fans de Dolly Parton no querrán perderse Dollywood, situado cerca de Pigeon Forge. Este gran parque temático cuenta con atracciones que se inspiran en el amor por la música de la popular cantante country, en las Montañas Humeantes y en la típica y tradicional hospitalidad sureña.