Es la 2da vez que voy a almorzar a esta bodega, en esta ocasión, con un grupo grande de amigos. Mi primera experiencia fue excelente y esta lamentablemente no fue igual. El lugar es realmente muy lindo y los vinos que nos dieron fueron fantásticos...(todos Achaval Ferrer). La atención también estuvo muy bien, pero donde dejaron mucho que desear, fue en el menú y la comida en si que realmente fue mala. Dado a lo cómodo que estuvimos y lo bien que la pasamos, no termino de influir del todo en la sensación final, pero hubiese sido fantástico como la primera vez si la comida hubiese estado a la altura de todo lo demás. Interpreto que simplemente tuvimos mala suerte en esto e igual recomiendo sin dudas visitar esta bodega. Las vistas son hermosas y los chicos se divirtieron muchísimo con el lago.Más