Tomar una piña colada en Barrachina, lugar donde según una de las muchas teorías se inventó era casi obligario, sin embargo fue una pesadilla entrar. Vinimos 2 días seguidos y la señorita de recepción se portó de lo más grosera, prepotente, ineficaz e inepta. Sin...control con los lugares, había muchos vacíos cuando al fin pudimos entrar. Por cierto...sobrevaloradas las piñas, he probado mejores.Más