Pedimos dos croquetas XL, una de boletus y otra de espárragos trigueros y queso manchego. Qué ricas: crunchy por fuera y melosas por dentro, con el sabor bien concentrado. Nos apetecía una pizza diferente y nos decantamos por la de jamón (tomate, mozzarella, cebolla caramelizada,...calabacín y jamón ahumado). Está buenísima. La masa es fina y crujiente. De postre probamos la panna cotta de café con Baileys y almendras. Un espectáculo. Volveremos.Más