Para viajar al noroeste argentino y, en general, a zonas alejadas de las grandes ciudades, hay que armarse de paciencia y entender el ritmo en que se mueve su gente. Conocí Chilecito en grupo y los guías avisaban con... Más
Para viajar al noroeste argentino y, en general, a zonas alejadas de las grandes ciudades, hay que armarse de paciencia y entender el ritmo en que se mueve su gente. Conocí Chilecito en grupo y los guías avisaban con anticipación sobre nuestra llegada, de manera que con muy poca espera éramos atendidos. Reciben con cariño y respeto. Afortunadamente mi experiencia fue muy positiva.