En todos los aspectos un gran lugar y una maravillosa atención, cálida y confortable. Las habitaciones son súper cómodas, limpias y completas por lo cual no hace falta lleva nada desde casa. Los lugares comunes igual, tanto el comedor, el quincho y los dos espacios que se llevan el premio al confort y la relajación: el living con libros, tv y dvds, y el enorme patio, con verde por donde se mire, galerías con hamacas y una pileta genial. Las horas que no se está en excursiones, se gozan en igual medida en Rancho Iberá, leyendo en las hamacas, acostado en el césped, refrescándose en la pile o jugando con los perros.
Más allá del lugar, la atención de Taty es destacable. Es responsable en la organización de las excursiones y pone a disposición del visitante toda la info necesaria para aprovechar los días: qué otras cosas se pueden hacer y con quién se debe hablar, cómo llegar, dónde tomar algo, qué otras actividades hay esos días, etc. También es para aplaudir el trato de Walter y los demás trabajadores de la posada, las chicas que se encargan de cocina (puras delicias!) y limpieza y los guías de las excursiones: Alejandro y Marcelo, que se convierten en compinches durante esos días.
En conclusión, te ayudan a disfrutar al máximo de la belleza de los Esteros y de Colonia Carlos Pellegrini, un pueblo encantador, al punto que no tenes ganas de irte más!!